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De la reflex al smartphone: un mundo “Post-Cámara”

Las ventas de cámaras siguen cayendo mientras todo el mundo tiene un móvil con cámara en su bolsillo. ¿Será esta la era Post-Cámara?

Bill Gates y Steve Jobs pronosticaron un mundo «Post-PC» en 2007, acerca de cómo en pocos años podríamos vivir sin la necesidad de tener un portátil o un PC tal y como lo conocíamos. Ellos no acuñaron este nombre, eso fue obra del científico del MIT David D. Clark, sobre un futuro donde todo está conectado y los datos están almacenados en grandes datacenters y no en nuestros discos duros.

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Pero fue Steve Jobs quien hizo del «Post-PC» su bandera con el lanzamiento del iPad y los servicios en la nube de Apple con iCloud. Poco a poco, cuando el iPad se hizo tan popular y la mayoría de marcas empezaron a fabricar más y más tablets Android, junto a los cientos de servicios en la nube que existen, podemos decir que es posible una «era Post-PC».

Si estamos viviendo una época en la que el PC ya no es necesario para millones de personas, significa esto que estamos también en una «era Post-Cámara»?

Definamos el término «Post-Cámara». Cuando hablo de esta era, hablo de la poca necesidad de tener cámaras específicamente para tomar fotos o vídeo para la gran mayoría de la población que usa este tipo de tecnología. De la misma forma que el PC ya no es necesario porque las herramientas han evolucionado a las pantallas táctiles de tablets y smartphones, aún se necesitan PCs tradicionales para una minoría, sobre todo profesional. No hablamos de la desaparición de las cámaras, hablamos de que la gente ha evolucionado a mejoras herramientas para hacer fotos. De la misma forma se seguirán necesitando buenas cámaras con enormes sensores para un público aficionado y profesionales.

La realidad es la siguiente. Según números de IDC, las cámaras reflex han caído un 11% y compactas un 40% durante 2013. Todo por unos pequeños aparatos que cuestan desde los 40 a los 800 dólares. Esto demuestra que la gente durante años, con millones de cámaras compactas vendidas por todo el mundo no estaban buscando la mejor calidad o el mejor zoom, buscaban algo portátil y fácil de transportar para guardar sus memorias.

¿Cómo ha evolucionado la gente? A los smartphones. Pero no se trata de que las personas han dado la espalda a las empresas que hacen cámaras, se trata que una industria como la móvil ha logrado crear algo mejor que una cámara con millones de píxeles, grandes lentes y potentes zooms, se trata de tener todo en un solo dispositivo.

La industria, en negación

Canon, Nikon, Panasonic y Sony son las cuatro grandes marcas en el mundo de la fotografía. Sin desmerecer al resto, estas son las marcas que más ruido hacen, no necesariamente las que más venden, pero sí las marcas de referencia. Sony se ha comido una importante parte del negocio de las cámaras réflex con su gama Alpha, algo que no muchos pensábamos posible, pero ha sido su gama sin espejo NEX la que ha logrado catapultarla ante las listas de las mejores cámaras. Panasonic sigue produciendo cámaras compactas, micro cuatro tercios y  junto a Leica en lentes.

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Canon y Nikon siguen siendo la marca estrella en la gama alta para aficionados avanzados y profesionales y seguramente las mejores cámaras de lentes intercambiables y de gran formato son de estas dos marcas.

En una reciente entrevista con Masaya Maeda, Director de Canon por Dpreview, comentó algo interesante sobre la lucha del smartphone con el mundo de la cámara que muestra la negación total de la industria ante un enemigo, no un amigo.

No vemos el smartphone como un enemigo. Nos gusta verlo como la representación de una infraestructura que deberíamos usar. Si nos aseguramos de seguir produciendo cámaras que hacen cosas que los smartphones no pueden, y también seguimos ofreciendo enlaces entre nuestras cámaras y smartphones seremos capaces de crear un sistema que sea beneficioso para nuestros clientes.

Esta es sin duda una de las declaraciones que nadie puede creer. Los smartphone por ahora no son una amenaza para una gama alta de cámaras, pero la gama baja (compactas) e intermedia (sin espejo) están muy amenazadas.

Dispositivos como Nokia Lumia 1020 son un aviso a los fabricantes de cámaras: un smartphone puede igualar e incluso superar una cámara compacta.  Aun están lejos de conseguir la calidad que un gran sensor puede ofrecer, incluso en un móvil el zoom ha tenido que reinvertarse con un recorte de la imagen como pasa con el Lumia 1020, pero la tecnología avanza en los sensores pequeños pero cada vez más luminosos.

Acortando el camino de cámara a smartphone

La solución más apropiada que he visto entre la cámara y el móvil es la aproximación que Samsung tomó con la integración de Android en Galaxy Camera, y hablamos de un producto cuya principal funcionalidad es que puedes usar tus aplicaciones de siempre y contar con conectividad 3G, es decir, básicamente un smartphone.

Sony fue directamente por algo más directo, quizá una mejor idea que tener una cámara Android. Con los objetivos QX10 y QX100 decidieron usar simplemente la lente que se conecta a tu smartphone. En realidad la aproximación de Sony es muy inteligente, es compatible con plataformas Android y con iOS, no intenta ser tu cámara para smartphone, se trata de un añadido que agrega algo importante como calidad óptica y zoom óptico para hacer tus fotos. Por si no fuese suficiente es inalámbrico y con una batería que, aunque no de el uso de  un día de fotos, alcanza para algún evento.

Quizá esta primera gama QX de Sony no es la mejor solución, pero Sony ha usado su experiencia en lentes y cámaras para crear algo que esté entre el smartphone y una cámara. ¿Te imaginas algo así de una especialista como Nikon o Canon? Quizá la pregunta es ¿por qué no se arriesgan a algo así?

Foto (CC) Erik Gustaftson

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