Según datos recopilados por Re/code, los consumidores de música están dispuestos a gastar en promedio entre USD$45 y USD$65 al año en música, sin importar el formato, sea CD, vinilo o descarga. Por ejemplo, en 1999, entre las personas que compraron música, se gastaron en promedio USD$64, en una época en que lo que reinaba era el CD y había que comprar el álbum completo aunque te gustara solo una canción.
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No obstante lo anterior, los servicios de música vía streaming como Spotify, Deezer o Rdio cobran planes anuales que están en torno a los USD$120 en Estados Unidos (USD$10 mensuales). Esto es el doble de lo que los usuarios están dispuestos a pagar. ¿Por qué?
La explicación está en que los tres mayores sellos de música establecieron un precio mínimo que estos servicios deben cobrar. Aunque suene extraño que sean los sellos los que dicten el precio final y no las empresas que ofrecen el servicio, esto ocurre en el curioso mundo de la música.
Esto genera que los servicios de streaming no puedan expandirse al máximo de usuarios, que estaría dispuesto a pagar un precio más bajo para acceder a la música. Es decir, existe un grupo de usuarios que comprará música, pero no está dispuesto a pagar USD$ 120 al año, por lo que recurrirá a otros medios para gastar menos (y alternativas hay, usar las radios gratuitas, escuchar música en YouTube, descargar solo algunas canciones, etc).
Siguiendo con lo anterior, Pandora anunció hoy un alza de precios en su plan de suscripción en Estados Unidos, pasando de USD$3,99 mensual a USD$4,99 mensual, culpando a los cobros de los sellos. “Por ejemplo, las tasas de royalties que Pandora paga a los artistas vía SoundExchange para escuchar vía suscripción han aumentado 53% en los últimos cinco años y aumentarán otro 9% en 2015”, señala la compañía.
El problema es real para estos servicios, que no pueden llegar a todos sus potenciales usuarios, y para la música, donde los sellos parecen estar frenando el consumo al establecer valores por sobre lo normal.
Link: Re/code