Un equipo de investigadores de la Universidad de Barcelona, liderados por el neurocientífico Josep Marco-Pallerés, publicaron recientemente un estudio en el que explora por qué algunas personas se sienten completamente indiferentes ante la música.
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Para investigar este fenómeno, el que recibe el nombre de “anhedonia musical específica”, los investigadores reclutaron a 30 estudiantes universitarios, donde a cada uno se le clasificó mediante un cuestionario como muy sensible a la música, medianamente sensible, o derechamente insensible (descartando de antemano a los que sufren de depresión, sordera o incluso la capacidad de comprender la música).
Luego, los investigadores monitorearon el ritmo cardíaco y la sudoración de los voluntarios durante sesiones de escucha de música que les resultaba familiar, pues estudios previos mostraron que las personas reaccionan más fuerte ante la música que conocen.
“Les pedimos que trajeran de su casa la música que les gustara y la mayoría no tuvo problemas“, afirmó Marco-Pallerés. Los que eran indiferentes a la música tuvieron ciertos problemas, como traer una cantidad muy reducida, o nada, e incluso tuvieron que pedirles música prestada a familiares.
Los resultados fueron sorprendentes, pues si bien los participantes eran perfectamente capaces de reconocer si una melodía era triste o feliz, no mostraban ningún tipo de reacción física o emocional. No se les paraban los pelos si un cantante alcanzaba una nota alta, y su corazón no se aceleraba en ningún crescendo.
Lo curioso fue que cuando se les pidió participar en un pequeño juego que involucraba una recompensa monetaria, los indiferentes a la música reaccionaron igual que todos: La idea de ganar incluso una pequeña suma de dinero era la suficiente para acelerar su corazón. Los resultados fueron exactamente los mismos cuando 26 de los voluntarios volvieron a participar en las pruebas al año siguiente.
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Cabe aclarar, aseguró Marco-Pallarés, que esto no significa que no les guste la música. No se tiene que confundir la indiferencia con el desagrado. Cuando les preguntaban su afinidad con cierta música en la escala de uno a diez, los indiferentes usualmente respondían cinco.
Según los investigadores, “ahora que sabemos que hay personas con anhedonia musical específica queremos encontrar las bases neurológicas que lo expliquen“, por lo que realizarán nuevos experimentos utilizando una máquina de resonancia magnética funcional (fMRI) para ver cómo el sistema de recompensas es diferente en estas personas. Marco-Pallerés concluyó:
La música realmente no nos da acceso a ninguna ventaja biológica relevante como lo es la comida o el dinero. Las emociones son clave en este tipo de recompensas.
Link: IBT