Tras la infame Ley Mickey Mouse de 1976, que extendió por décadas la entrada al dominio público de material protegido por derecho de autor, la situación en torno a ciertas obras como los libros de Sherlock Holmes en Estados Unidos quedó en una nebulosa respecto a que si el veterano personaje creado por Arthur Conan Doyle era o no de dominio público.
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Esto fue finalmente zanjado hoy gracias a la decisión de un juez federal estadounidense, el que separó las cincuenta primeras obras del detective hasta antes del primero de enero de 1923 para determinar que son de dominio público, mientras que las escritas de forma posterior continuarán protegidas.
Lo que implica esta decisión es que los creadores de cualquier tipo de contenidos pueden utilizar al personaje y estas historias originales de cualquier forma que les plazca sin tener que pagarle una licencia de uso a los administradores del patrimonio de Conan Doyle.
Link: The New York Times