Un satélite europeo que mide la gravedad está quedándose sin combustible, y caerá de vuelta a la Tierra de forma no controlada en octubre, estiman los expertos.
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Gravity Field and Steady-State Ocean Circulation Explorer (GOCE) fue lanzado por la Agencia Espacial Europea (ESA) en 2009, posicionando en una órbita muy baja a 260 kilómetros sobre la Tierra. Su sistema de propulsión eléctrico dejará de funcionar entre fines de septiembre y principios de noviembre, luego de lo cual el objeto de 5,3 metros caerá hacia nuestro planeta.
La mayor parte del satélite se quemará en la atmósfera, pero un cuarto del mismo aproximadamente sobrevivirá la entrada. Se espera que entre 40 y 50 fragmentos del aparato, con un peso total de 250 kilos, se repartan en la caída. La ESA aún no puede predecir dónde caerán los pedazos de satélite, aunque GOCE es relativamente pequeño en comparación a otras naves que han hecho reingresos no controlados.
De todos modos, las autoridades serán avisadas cuando haya mayor claridad respecto a la zona donde caería GOCE. El satélite estuvo encargado de hacer un mapa de las corrientes marinas y el campo gravitacional de la Tierra con alto detalle.
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