Una auditoría secreta hecha a la Agencia Nacional de Seguridad (NSA) en Estados Unidos reveló que se quebrantaron “miles de veces al año” las normas de privacidad fijadas en el sistema. La auditoría filtrada por el Washington Post, que data de mayo de 2012, indica que hubo 2.776 incidentes de recolección no autorizada de datos en los 12 meses previos.
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La mayoría de las infracciones detectadas implican la vigilancia no autorizada de ciudadanos estadounidenses, o de personas sospechosas dentro de los Estados Unidos. Vigilar a este tipo de individuos requiere que la agencia solicite una orden especial.
Según los documentos, la NSA decidió en algún momento dejar de reportar la vigilancia “no intencional” de estadounidenses, incluyendo la interceptación de gran cantidad de llamadas telefónicas a personas de Washington debido a que un error de programación confundió el código de área 202 (de Washington) con 20 (de Egipto).
La auditoría, que estaba destinada a los líderes de la agencia, señala que las causas y la gravedad de las violaciones a la privacidad son variadas. La mayoría de los casos se debe a problemas de sistema o a que un analista ingresó una consulta errónea, recolectando demasiados datos. Esto último apoya los alegatos de Snowden respecto a que los analistas sí tienen la posibilidad de conseguir información a la que no debieran tener acceso, cosa que la NSA había intentado desmentir.
Corte FISC
En otro caso, la Corte de Vigilancia de la Inteligencia Extranjera (FISC), una corte secreta que debe regular ciertas operaciones de la NSA, no supo de la existencia de un nuevo método de recolección de datos hasta meses después de que empezara a usarse. La corte declaró que el sistema era inconstitucional.
Desde que se conocieron las denuncias de Edward Snowden, la NSA ha insistido en que las violaciones a la privacidad no han sido intencionales, y que la agencia ha tomado todas las medidas para identificar estos problemas y hacer no se repitan.
Sin embargo, la FISC admitió al periódico que no tiene la capacidad de fiscalizar a la NSA. “La FISC está obligada a confiar en la acuciosidad de la información que es entregada a la Corte. La FISC no tiene la capacidad de investigar los asuntos de incumplimiento, y en este sentido, la FISC está en la misma posición que cualquier otra corte cuando se trata de hacer cumplir sus órdenes”, señaló al Washington Post el juez Reggie B. Walton.
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Hasta ahora, gran parte de la defensa al programa de vigilancia descansa sobre el supuesto poder de fiscalización y regulación que tendría la FISC sobre las decisiones tomadas por la NSA.
Link: Washington Post