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El largo camino de la computación vestible para llegar a las masas

Google Glass y los próximos relojes inteligentes representan el interés cada vez mayor de las empresas de tecnología en la computación vestible.

Si pudiéramos transportar a un diseñador de escenarios de películas de ciencia ficción de los sesenta (o a un animador de los Supersónicos) a una casa en el presente, probablemente se preguntaría ‘¿dónde están los computadores? Es que no los veo’.

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Hoy en día, y sobre todo con el auge de los smartphones, damos por hecho algo que no le resultaba tan intuitivo hasta al más imaginativo futurista de mediados del siglo pasado: Los computadores ya no son ruidosas cajas de dos metros de altura con lucecitas intermitentes y grandes botones, sino que por ahora, unas pequeñas cajas de metal o plástico que acarreamos discretamente en nuestros bolsillos.

Ante esta situación, es solo cosa de tiempo para que veamos ropa inteligente capaz de realizar numerosas funciones, quizá no tanto como la chaqueta y zapatillas autoajustables de Marty McFly, pero lo suficiente para alterar de una manera bastante interesante nuestra forma de vida.

Historia de la computación vestible

Si nos remitimos a que la computación vestible es acarrear consigo sensores o una máquina para realizar cálculos ya sean por debajo o encima de la ropa, o que sea la misma prenda de vestir en sí, los primeros indicios de la computación vestible se pueden encontrar en el anillo-ábaco de la dinastía ching en China el siglo XVII, o en los relojes pulsera más conocidos como los ‘huevos de Núremberg‘ en el siglo XVI en Europa.

Sin embargo, y sin desmerecerlos, el debut de lo que ahora entendemos como computación vestible se encuentra en un grupo de estudiantes del MIT que en 1961 construyeron un computador al interior de un zapato para así usarlo en los casinos de Las Vegas para hacer trampa en la ruleta.

Posteriormente aparecieron los inventos de Steve Mann como el EyeTap, el antecesor de Google Glass. Mann es uno de los pioneros más reconocidos de la computación vestible (y quien patentó el HDR), el que Nicholas Negroponte definió como quien “trajo la semilla” al grupo de Computación Vestible del Laboratorio de Medios de Comunicación del MIT.

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¿Para que podría servir la computación vestible

Más allá de poder controlar e interactuar con tu celular a través de un reloj con Bluetooth, la computación vestible es el soporte ideal para implementar la Realidad Aumentada (sobreponer una capa transparente de información por encima de nuestro campo visual). Un ejemplo de ello es el proyecto Glass de Google, o los proyectos para reemplazar la publicidad en la vía pública con obras de arte.

Sin embargo, unos lentes con avanzadas piezas tecnológicas no solo pueden permitir la aumentar la realidad, sino que además disminuirla. Aunque suene contraintuitivo, un sistema de de Realidad Disminuida puede ser bastante útil para reducir el flujo de información que percibimos de nuestro ambiente.

Por ejemplo, hay dispositivos como EyeTap que pueden ayudar de gran manera a personas con defectos a la vista simplificando lo que observan mediante el rediseño en alto contraste y con colores planos su percepción del mundo (de forma similar al ‘Modo de Alto Contraste’ que poseen los sistemas operativos Windows).

Sin embargo, lo mejor es simplemente la combinación de ambas. Mientras que la realidad aumentada agrega información, y la realidad disminuida simplifica ¿por qué no mejor utilizar ambas? ¿y que además se pueda interactuar? Eso es lo que se conoce como Realidad Mediada.

Un ejemplo actual lo está desarrollando la empresa Meta, fundada por un pupilo de Mann, con su dispositivo Space Glasses, el que se podría describir burdamente como la cruza entre Google Glass y el Kinect de Microsoft. Si bien el aparato tiene una apariencia bastante tosca, te permite no solo recibir o simplificar información, sino que además interactuar con tu entorno.

Si quieres enterarte en más profundidad, el Simposio Internacional de Computación Vestible se realiza todos los años, donde este 2013 se realizará en Zurich, Suiza, entre el 8 y el 12 de septiembre.

En el simposio se expondrán diversos proyectos e investigaciones sobre computación vestible como por ejemplo los efectos del lavado en textiles electrónicos, diseños de bordados que puedan reemplazar resistencias en los textiles electrónicos, adaptadores para que celulares puedan medir el material particulado en el aire, etcétera.

Link: Wearable Computing

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