El periódico británico The Guardian fue uno de los primeros en destapar la masiva vigilancia que realiza el gobierno de Estados Unidos y otros países sobre la actividad de las personas en Internet. Junto a The Washington Post, fue uno de los que recibió los documentos filtrados por Edward Snowden que revelan el programa PRISM y otros mecanismos de supervisión.
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Esta semana, el periódico recibió dos “advertencias”. Primero, la oficina del periódico fue allanada por el gobierno británico, destruyendo sus discos duros con información, en un intento de frenar las filtraciones. Luego, una de las personas involucradas en cubrir la historia de Snowden fue detenido por “terrorismo” en el aeropuerto de Londres.
El editor Alan Rusbridger, de la oficina en la capital británica, afirma que intentó explicar a los agentes que la destrucción de los discos sería inútil.
“No tenemos que hacer nuestro reporteo desde Londres. Ya la mayoría de las historias de la NSA habían sido reporteadas y editadas en Nueva York. ¿Acaso se le ocurrió pensar que (Glenn) Greenwald vive en Brasil?”, señala un artículo publicado en el diario. Greenwald fue el reportero que se ha dedicado a cubrir la historia de Snowden, a quien entrevistó en Hong Kong.
El hombre no se inmutó. Y así uno de los momentos más extraños en la historia del Guardian ocurrió – con dos expertos de seguridad de la GCHQ observando la destrucción de los discos duros en el subterráneo del periódico solo para asegurarse que nada en los arruinados pedazos de metal podría ser de algún interés para algún agente chino… Whitehall estaba satisfecho, pero se sintió como un simbolismo particularmente inútil que no entiende nada de la era digital”, señala Rusbridger.
El editor asegura que el trabajo de investigación del periódico continuará pese a estos sucesos, “simplemente no lo haremos en Londres”.
Detenido por terrorismo
Para continuar la historia, el lunes el colaborador del Guardian David Miranda fue detenido en el aeropuerto de Londres bajo el “Acta Terrorista”. Miranda es brasileño y estaba en camino de regreso a Rio de Janeiro, después de haber estado trabajando con la documentalista Laura Poitras, quien realiza un documental sobre Snowden.
Los agentes del aeropuerto se comunicaron con Glenn Greenwald (pareja de Miranda) en Brasil, informándole que el hombre podría estar detenido por hasta 9 horas, no tenía derecho a un abogado, y que no se podía hablar con él. Abogados del Guardian y funcionarios del gobierno brasileño manifestaron su indignación e intentaron obtener información, pero Miranda permaneció detenido durante las 9 horas completas.
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Miranda fue liberado, pero su computadora, teléfono, cámara, tarjetas de memoria y demás equipamiento electrónico fue confiscado. Pese a que se le detuvo por terrorismo, los agentes lo interrogaron por el documental que estaba grabando con Poitras y sobre el contenido que llevaba en sus equipos.
Abusaron completamente de su propia ley de terrorismo por razones que no tienen nada que ver con terrorismo: Un potente recordatorio de cuán frecuentemente los gobiernos mienten cuando dicen que necesitan poderes para detener a ‘los terroristas’, y cuán peligroso es otorgar poder sin fiscalización a funcionarios políticos en su nombre”, afirma Greenwald.
El gobierno inglés no ha entregado ninguna explicación para la detención ni ha emitido declaraciones por este caso.
Link: The Guardian