Durante décadas, los músicos se han apoyado en la instrumentación tradicional para expresar sus ideas y crear diferentes sonidos, mediante pianos de cola, guitarras de madera y un largo catálogo de equipamiento concebido para llenar prácticamente cualquier posibilidad de instrumento musical que a alguien se le puede ocurrir.
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Pero llegó el siglo XX y comenzó el desarrollo de la tecnología moderna y la computación, afectando a casi todo el campo del conocimiento humano, incluyendo la música. Nacieron nuevas posibilidades para crear, modificar y manejar sonidos e instrumentos musicales, descubriéndose las herramientas necesarias para mejorar e innovar en el área de la música, ya sea transformando los instrumentos tradicionales o bien creando plataformas creativas totalmente nuevas.
Redefiniendo el piano clásico
En un piano de cola tradicional, el intérprete puede escoger con qué velocidad y fuerza presionar la tecla para modificar la intensidad del sonido, ya que al tratarse de un objeto mecánico, se maneja bajo las leyes de la mecánica convencional y por ende, es difícil elaborar nuevas características a partir de aquello.
Pero actualmente, una compañía basada en el Reino Unido ha creado un proyecto llamado TouchKeys (presente en Kickstarter), el que permite al músico colocar una fina superficie plástica sensible al tacto sobre cada tecla utilizando la misma tecnología vista en teléfonos móviles y tabletas, otorgando una nueva plataforma de control que registra hasta tres toques simultáneos sobre cada nota, pudiéndose configurar en tres parámetros distintos que son modificados en tiempo real según cómo se deslice el dedo sobre la tecla.
Por ejemplo, el pianista puede presionar una nota y hacer vibrar su dedo sobre ella para registrar variaciones en la tonalidad en tiempo real, añadiendo una capa extra de control sobre el sonido. Casi cualquier parámetro generado por la computadora puede ser configurado para interpretar sobre la superficie táctil, incluyéndose efectos como reverberación, retraso y hasta ecualización.
Súper-poderes para el director de orquesta
Leap Motion es un artefacto que acaba de ser lanzado al mercado, consistente en una pequeña caja que se conecta a la computadora y registra los movimientos que el usuario hace con sus manos en el aire, de forma similar al Kinect en la Xbox 360.
Con esta tecnología al alcance de cualquier bolsillo –cada Leap Motion tiene un valor de $40.000–, se pueden configurar instrumentos musicales y efectos de sonido generados por el PC al manipular con el movimiento de las manos, respondiendo en tiempo real a las órdenes cual director de orquesta sobre el escenario.
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Considerando que las computadoras modernas son capaces de reproducir casi cualquier sonido a través de sintetizadores virtuales, efectos de audio y librerías de instrumentos pre-grabados, añadir control con las manos en el aire ofrece una interfaz de manejo más amigable y moderna para componer e interpretar música en tiempo real.
La revolución de las pantallas táctiles
Aparte de servir para marcar números en un teléfono inteligente o escribir direcciones web en una tableta, las pantallas táctiles también ofrecen una plataforma nueva e innovadora de control a los músicos que desean crear sonidos al interior de la computadora, existiendo una amplia gama de instrumentos y herramientas que se pueden controlar mediante de perillas que sólo existen en la virtualidad de una pantalla sensible al tacto.
Por ejemplo, un producto llamado “Jazzmutant Lemur” consiguió años atrás colocar en una colorida pantalla táctil toda clase de controladores para músicos y DJs, ofreciendo acceso inmediato a los parámetros más importantes de sus instrumentos musicales como la mezcladora, los efectos y hasta la posibilidad de tocar un piano virtual en pantalla. Grandes artistas fueron conquistados por esta invención, contándose a Björk, Daft Punk, Trent Reznor y Deadmau5 como usuarios frecuentes del Lemur durante sus presentaciones en vivo.
Hoy, la masificación de esta clase de paneles sensibles al tacto en computadoras con Windows, tabletas y teléfonos inteligentes, ha acercado la tecnología a una masa de curiosos clientes que pueden manejar toda clase de aplicaciones musicales en su dispositivo utilizando todos sus dedos sobre la pantalla al mismo tiempo, labor que antes debía realizarse con el puntero de un mouse tradicional y hoy se pone a disposición en decenas de equipos en todo margen de precios.
Instrumentos musicales de bolsillo
Cuando Apple anunció el primer modelo del iPhone el año 2007, éste supuso una revolución no sólo en el área de la telefonía móvil, sino que también en el modo en que el ser humano concibe la tecnología moderna. Porque hoy todo quien tenga un “smartphone” en realidad posee una pequeña computadora de bolsillo, y como existen muchos instrumentos musicales basados en los PCs de escritorio tradicionales, era cosa de tiempo hasta que los grandes fabricantes llevasen sus creaciones al dominio virtual del iPhone y por ende, la tableta iPad.
Grandes empresas como Yamaha, Korg y Moog han lanzado diversas herramientas disponibles sólo para el sistema operativo iOS de Apple, pudiéndose descargar emulaciones de sintetizadores análogos de antaño (Moog Animoog), completas cajas de ritmos (AKAI iMPC), secuenciadores de gran popularidad durante décadas pasadas (Korg iElectribe) y procesadores de efectos en tiempo real (Korg iKaossilator), los que funcionan sobre la plataforma que en un principio Apple entregó para hablar por teléfono, pero que ahora sirve para hacer mucho más que eso.
Impresión en 3D de instrumentos musicales
Guitarras impresas en 3D por Cubify.com.
Pero no todo es computación: La tecnología del siglo XXI permite también explorar una nueva forma de fabricar instrumentos musicales tradicionales, utilizándose para aquello la técnica de la impresión 3D que se ha vuelto muy popular durante los últimos años gracias a su masificación en el mercado, llegando a costar una impresora 3D sencilla cerca de $1.000.000.
Este método permite al usuario dibujar en la computadora un plano de lo que quiere ver plasmado en la vida real, para luego ser materializado en un impresora que utiliza diversos materiales y modela el objeto tal y como se veía en pantalla. Flautas, violines y guitarras eléctricas pueden ser encontradas en el mercado de la impresión 3D, siendo la principal ventaja de esta técnica el nivel de personalización que el usuario puede exigir en términos de diseño, algo particularmente útil en el campo de las guitarras eléctricas donde se permiten diseños complejos e innovadores para el cuerpo del instrumento.