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Dándole una segunda oportunidad a Chrome OS

Para mi sorpresa, me estoy viendo casi todos los días trabajando durante unas horas con este dispositivo.

Aquí estoy, asombrado porque quizá uno de los productos tecnológicos de una de las mayores empresas de software y tecnología del mundo, que en todo momento pensaba que no era una buena idea, es quizá, una muy buena idea. Me duele reconocerlo, pero hablo de Chrome OS.

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El año pasado mientras estaba en San Francisco en el Google I/O, “el buscador” regaló algunos dispositivos a todos los asistentes como hace todos los años, entre ellos el fallido Nexus Q (que aun guardo y que alguna vez desempolvaré para abrirlo y ver que tiene dentro) y un ChromeBox.

La primera versión de ChromeBox fabricada por Samsung es una pequeña caja, más o menos del tamaño de un Mac Mini, que contiene un pequeño ordenador con 4GB de memoria RAM, una memoria interna SSD y un procesador Core i5 (la versión desarrollador ya tenía este procesador). Un montón de puertos USB, salida de vídeo DVI y DisplayPort, conexiones de audio y Ethernet (aunque también tiene Bluetooth y Wi-Fi 802.11n) para conectarse a Internet. Tan pronto llegué a Madrid me puse a probarlo. Definitivamente no me gustó Chrome OS, y aunque este ChromeBox ha estado encima de mi escritorio desde el año pasado, nunca le presté demasiada atención. Algún experimento como instalar Ubuntu, entrar en el modo developer… poco más.

Pero desde hace un par de semanas le conecté un monitor, un teclado y ratón bluetooth. Para mi sorpresa, me estoy viendo casi todos los días trabajando durante unas horas con este dispositivo.

¿Sin software? No hay problema, la web al rescate

Mis quejas sobre Chrome OS eran varias que como usuario avanzado, o por lo menos me gusta pensar que soy un usuario avanzado, me imposibilitan o directamente me hacían el trabajo más difícil de lo que lo haría otro sistema operativo como Windows u OS X, que es lo que uso desde mi MacBook Pro. Hasta ese momento pensaba que usar Chrome OS era algo así como un “downgrade” para trabajar por sus limitaciones, hasta que te ves trabajando con él durante algunas horas y empiezas a ver como no estás echando de menos tu portátil.

Déjame hablarte primero de las limitaciones de Chrome OS, empezando por la más importante de todas: no puedes instalar aplicaciones. Tampoco puedes hacer grandes tareas con archivos, incluso no puedes almacenar muchos datos dentro de su memoria interna porque no está diseñado para ello.

En realidad Chrome OS está pensado para trabajar “en la nube”, apoyándote en servicios web como los de la propia Google, ya sea Google Drive, Gmail o de otros como Zoho Docs, la versión web de Office, Dropbox, Skydrive y un largo número de servicios online que intentan reemplazar aplicaciones de tu tradicional y aburrido ordenador.

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Chrome OS es Chrome en ordenador, es todo lo que vas a obtener: varias ventanas de un navegador y nada más. Por lo que si te decides por uno de estos ordenadores portátiles o por ChromeBox como ordenador de escritorio, estás avisado.

Al ser la falta de aplicaciones la principal desventaja de Chrome OS, hay que buscar reemplazos para esas aplicaciones que usas durante todo el día. Sorprendentemente existen, en su mayoría por el mismo servicio.

Escucho música vía Spotify o Rdio en sus versiones web. Gestiono mi correo electrónico usando el nuevo Outlook y Gmail. Escribo documentos y mis artículo apoyándome en Evernote y en Google Drive. Puedo tener aplicaciones “potentes” de redes sociales como TweetDeck para Twitter. Las comunicaciones no son un verdadero problema desde que existe Google+ Hangouts. Incluso, si te encuentras en el canal de desarrollo de Chrome OS con versiones de prueba no estables diarias, puedes instalar nuevas aplicaciones como el nuevo visor de fotos de Google+.

No todo es perfecto, aun encuentro difícil reemplazar mi Photoshop para hacer modificaciones a algunas imágenes (y diseñar esas imágenes de portada que encuentras en mis artículos, todo sea dicho).

No nos engañemos, Chrome OS es un sistema operativo para el amante de Google. Basta con que te sea indispensable una sola aplicación de escritorio para que esto no te valga para nada. Pero, no me parece mucho más diferente las limitaciones de Chrome OS de las que pueda tener, por ejemplo un iPad con su ecosistema cerrado.

Entonces, ¿Chrome OS se puede considerar un downgrade? Sorprendenemente, y mientras se sigan creando proyectos con versiones web, no. Se puede disfrutar más de un sistema operativo basado en la web y que se actualiza con frecuencia, en segundo plano y sin que el usuario tenga que interferir. Pero todo se basa en la web, por lo tanto se necesitan más desarrollos para la misma, por ejemplo, una versión web de Skype.

Imposible encontrar Chromebooks

¿De quién es la culpa que los Chromebook no se vendan bien? Es prácticamente imposible encontrar terminales fuera de EE.UU. o Reino Unido. En Latinoamérica su presencia es nula, aunque los precios de estos portátiles sean bajos, la falta de conexión puede ser un impedimento.

Ahora mismo desde España, si quieres comprar un dispositivo con Chrome OS tienes que dirigirte a Amazon de Reino Unido, o bien al de EE.UU. No sabemos si la falta de dispositivos es porque no han tenido éxito, aunque todo indique que efectivamente, su penetración en Europa es muy baja.

Pero luego vemos a Google lanzando dispositivos como Pixel y no podemos estar más desorientados. ¿Un portátil premium con un sistema operativo tan básico. Y ese precio, no ayuda en nada.

La estrategia de Chrome OS, ahora mismo, no tiene sentido alguno. Hace falta expansión en otros países y sobre todo hacer que dispositivos como este Pixel, sea más barato y asequible para personas que pueden tener interés en un portátil que se base en la web por su sencillez y nula falta de aprendizaje.

Actualización: Acerca del editor de imágenes, Claudio Cáceres vía Twitter ha dado algunas alternativas: Pixlr Editor y ImageBot Photo Editor.

Link: Mi semana con el Chromebook [FW Labs]

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