Érase una vez, una Internet donde la gente se contactaba casi sólo vía correo electrónico. Hotmail, Yahoo! y muchos otros revolucionaron la forma que tenía el ser humano para comunicarse. Más tarde, se masificó el chat y ofreció un intercambio de ideas instantáneo que nos dejó satisfechos durante años. Pero faltaba la entrada de las redes sociales, y acá Facebook fue capaz de integrar bajo un único servicio los conceptos de creación de perfiles, chat instantáneo y mensajes privados.
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Ningún otro había logrado consolidarse en este terreno, pese a que MySpace había incursionado en el tema de la creación de perfiles con mucho éxito, Microsoft había hecho lo suyo en el ámbito del chat, y el correo electrónico suplía las necesidades por los mensajes privados.
En este estado nos encontramos hoy en día, donde Facebook es el absoluto dominante de Internet. Claramente no sé cuál será el siguiente paso en la historia de Internet, un animal completamente indomable y misterioso del que no podemos hacer más que suponer acerca de su comportamiento en el futuro. Pero barajo algunas teorías, y en ellas, Google+ juega un papel fundamental. Aunque usted no lo crea.
De las redes sociales a un registro civil virtual
Facebook consiguió algo que quizás ellos mismos no se esperaban: ser la base de datos de personas más grande y completa del planeta. Mil millones de usuarios registrados lo avalan. ¿Lo mejor de todo? Nosotros mismos aportamos nuestra información, voluntariamente. Todo comenzó con la intención de ofrecer la mejor plataforma posible para comunicar a la gente, y en el proceso, obtuvieron la información más valiosa que ha existido jamás en Internet: los datos, imágenes, videos, gustos y hábitos personales de cada uno, asociados al nombre completo y real. Ni en sus mejores sueños algún magnate, institución o gobierno habría podido conseguir aquello.
Si en Facebook lo tenían planeado de antemano, me saco el sombrero: Mark Zuckerberg entonces es un genio.
Dicho esto, hablemos ahora de la evolución de Internet. Aquel tema que a veces asusta tocar, pero hay que atreverse. Sigamos avanzando cronológicamente: ¿Cómo evolucionará Facebook? Con lo conseguido hasta ahora, el paso evidente sería alejar el énfasis en ser una red social, porque el activo principal de la compañía ya no es la plataforma de comunicación social que construyeron, sino que la información de las personas que poseen.
¿Ser una red social? Eso da lo mismo. El concepto de Facebook como red social ya no existirá. Pasará a ser Facebook como servicio.
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Y el principal servicio que puede prestar una entidad que posee mucha información personal, es como registro civil. Aquella institución que registra nuestro nacimiento, nos da un número para identificarnos, tiene nuestra fotografía, sabe dónde nacimos, nuestro estado civil y profesión; eso puede llegar a ser Facebook. Y mucho más, porque saben bastante más que eso.
Ahora, la utilidad de esto en Internet será la misma que tiene un registro civil en la vida real: identificarnos frente a servicios externos. Al igual que con nuestros documentos, Facebook servirá para validarnos frente al mundo como personas de verdad, abriendo las puertas a muchas cosas que la red tendrá para ofrecernos. Eso ya lo estamos viendo hoy en día con algunos portales que en lugar de tener un formulario propio para registrarse en el sitio, acuden a la validación vía Facebook. Algunos ejemplos de aquello son Klout.com, Kickstarter.com y Pinterest.com. Más adelante, y conforme la red social vaya impregnando de confianza al resto, más plataformas de terceros acudirán a este sistema, hasta que tener un perfil gestionado por Mark Zuckerberg sea tan necesario como poseer documentos de identidad en la vida real.
¿Y qué haces con tanto poder?
Cuando tienes en tus manos la mejor base de datos del mundo, ¿qué haces con ella? ¿Te sientas en un trono y disfrutas lo que has logrado? Claro que no. En primera instancia, logras un beneficio comercial, pues si tú eres Facebook, lo primero que puedes hacer cuando tienes una base de usuarios es ofrecerle a las tiendas la idea de que tú gestionarás todo el proceso de compra a través de la red. El comercio electrónico está en tus manos, así de simple. Por ejemplo, si la tienda ASDF quiere vender cosas a través de Internet, no será necesario que cree su propia plataforma para el registro de usuarios, sino que integrará Facebook en su portal, ya que éste poseerá el nombre real, datos de contacto, los gustos y el número de la tarjeta de crédito personal del cliente, porque no será de extrañar que en algún tiempo más se nos pida ese dato.
El segundo paso que puedes tomar es intentar entrar en áreas más agudas y delicadas. Por ejemplo, en la gestión de datos para el mercado financiero, la medicina e incluso los gobiernos. Esto el propio Mark Zuckerberg lo ha admitido, manifestando su interés por que Facebook ponga su base de datos a disposición de estas organizaciones. La idea acá es promover la red social como un repositorio de información para ayudar en servicios de la vida real y tangible, por ejemplo, si entramos a un hospital y el doctor necesita nuestra ficha médica. Adivinen dónde estará almacenada… Facebook como servicio, recuerden.
Ahora es cuando hablamos sobre Google+
Al principio de esta biblia de texto columna de opinión, dijimos que Google+ jugaba un rol fundamental en esta teoría. Esa inocente red social, que si bien hoy en día amasa 400 millones de usuarios registrados pero casi nadie utiliza regularmente, es el otro aspirante a cumplir exactamente el mismo rol que Facebook tiene casi ganado: ser un registro civil virtual y mundial.
Y Google ya está dando los primeros pasos. Tal como hiciera Facebook, la compañía de la gran G sabe que el premio mayor no está en tener la red social más exitosa, sino que en ostentar la mejor base de datos de usuarios. Y a diferencia de Mark Zuckerberg, que primero hizo la red y luego consiguió la base, Google irá al revés: utilizará su base para hacer la red.
La base de Google son sus numerosos servicios exitosos: Android, Gmail, Drive y muchos más, con toda la gente que está registrada en ellos. Entonces, la apuesta aquí es por la integración, con Google+ como centro de la red. Más tarde, podríamos ver cómo Google va integrando G+ a Maps, al navegador Chrome, al motor de búsqueda y hasta a los dispositivos de hardware que vende y venderá. Tu identidad será una sola: la de Google Plus, y esa te servirá para identificarte y conseguir nuevas funciones en todos los servicios de la gran G, que dicho sea de paso, son muy buenos.
Ejemplos de esta integración ya los estamos viendo. Recientemente fuimos testigos de cómo Gmail cambió su interfaz de usuario para redactar correos electrónicos, mostrando un detalle que pocos notaron: cuando escribes el destinatario y presionas la tecla Enter, dicho texto se convierte en una casilla que da el nombre de la persona. Colocas el ratón encima, aparece el nombre y si le haces click, inexplicablemente te lleva al perfil de Google+ si es que tiene. Es decir, ya están integrando los contactos de la red social en Gmail, y quizás en un futuro sea Gmail el que gestione el sistema de mensajes privados en Google Plus. Otro ejemplo: para hacer comentarios en la tienda de aplicaciones Play Store del sistema operativo móvil Android, te debes identificar con tu perfil de Google+. Por otro lado, Drive se integra a Gmail, apoyando la teoría de la integración. Y si buscamos, la lista continúa…
Porque ésa es la ventaja que tiene Google por sobre Facebook: en realidad, ya tienen la base, sólo que no han creado la red, y la información de las personas está dispersa por Internet, aunque bajo el alero de la misma compañía. Unificar todo eso en Google+ será la movida para crear una identidad definitiva y consolidada en Internet, que primero te servirá para usar los servicios internos de Google, como ya está ocurriendo, pero luego podría imitar el modelo que seguiría Facebook: basar su éxito en que el resto dependa de ti, posicionándose en el centro de Internet.