Hace algún tiempo, se le dio a los ciudadanos de Islandia la posibilidad de participar en la creación de la Constitución para su país, a través de Facebook y Twitter. Se trata de un trabajo serio, ya que la Carta Magna sienta las bases de lo que será la identidad del país.
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El esfuerzo colaborativo parece haber resultado bien, y el sábado el país realizó un referendum, donde dos tercios de los votantes decidieron que el borrador se usaría como base para la nueva Constitución. La decisión tiene bastante sentido, considerando que fueron las mismas personas las que participaron en la creación del borrador.
El cambio en la Constitución viene luego que el sistema bancario del país colapsara con la crisis financiera, golpeando duramente al gobierno. Las nuevas autoridades decidieron entonces que tomarían las decisiones de manera transparente, culpando al secretismo de los bancos por su fracaso.
La Constitución anterior de Islandia estaba basada en la de Dinamarca, y era vista como desactualizada, de modo que se convocó a 25 ciudadanos a un Consejo Constitucional para crear una nueva. Este consejo tomó ideas de otros ciudadanos que se recogieron a través de internet, y el borrador fue presentado y ahora aprobado por los islandeses.
Este resultado ahora debe ser ratificado por el Parlamento, que deberá decidir si se convertirá en realidad o no.
El caso de Islandia se alza como un ejemplo donde la tecnología se está usando para darle a los ciudadanos comunes una voz, y al mismo tiempo, obligar a los políticos a escuchar a las personas y trabajar por ellas, ya que las propuestas son públicas, abiertas e imposibles de ignorar.
Se espera que la Constitución esté terminada antes de las próximas elecciones, en el segundo trimestre del próximo año.
Link: Icelanders approve their crowdsourced constitution (GigaOm)