El CEO de Microsoft, Steve Ballmer, ha sido muy cuidadoso en asegurar que su nuevo tablet, el Surface, no es directamente una competencia para los demás fabricantes de equipos con Windows, sino que se trata de un “equipo de referencia” y no disminuirá la relavancia de las empresas que hacen otros equipos.
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La incursión de Microsoft en la fabricación de su propio hardware para Windows tiene consecuencias bastante predecibles, pero a veces la única manera en que una empresa las admite es… a través de los papeles oficiales. Así, en el informe anual que se entrega a la Securities and Exchange Commission (SEC) en Estados Unidos, Microsoft reconoció que el lanzamiento del Surface puede debilitar el apoyo a Windows de parte de los socios de Microsoft en la industria del PC.
“Nuestros dispositivos Surface competirán con productos hechos por nuestros socios fabricantes, lo que puede afectar su compromiso con nuestra plataforma”, escribió la empresa.
Se trata de un riesgo bastante importante que está tomando Microsoft: competir con quienes son tus clientes (compran el software) es un asunto delicado, y que se discutió también bastante en el caso de la compra de Motorola por parte de Google, ante las dudas de que la compañía pudiera favorecer los equipos de esta empresa con mejores integraciones con Android, en desmedro de los demás.
Como sea, al menos Microsoft está consciente de que este es un riesgo importante en la estrategia que vaya a seguir con Surface, y suponemos que tendrá planes para enfrentarlo.
Link: Microsoft admits risk in tablet plans (NYTimes)