Dos científicos de la Universidad John Hopkins (EE.UU.) presenciaron en tiempo real cómo un agujero negro supermasivo devoró una estrella, siendo este un evento que ocurre una vez cada 100 mil años en una galaxia.
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Este tipo de agujeros negros tienen una masa que puede ser entre 1 y 1.000 millones de veces la masa del Sol, ubicándose en el centro de la mayor parte de las galaxias y sólo pueden detectarse gracias a la radiación que emiten al aspirar el gas que está a su alrededor.
Según los científicos, es muy difícil estudiar los agujeros negros de estas características, a menos que sean sorprendidos en el momento preciso en que se “comen” a las estrellas.
Este fenómeno también fue observado hace justo dos años, el 31 de mayo de 2010, cuando un grupo de científicos en Hawai descubrió un resplandor proveniente de una galaxia ubicada a 2.700 millones de años luz de la Tierra.
Link: Black Hole Caught Red-Handed in a Stellar Homicide (NASA)