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Siete pecados tecnológicos que no debes cometer

Es Semana Santa y es buena idea revisar un compendio de consejos para limpiar tu alma de las peores ofensas relacionadas a la informática que hacemos y a veces ni nos fijamos.

Semana Santa es un gran momento del año para reflexionar sobre lo que hemos hecho mal e intentar cambiarlo para mejorar nuestros días venideros. Y uno de los aspectos de la vida al que nosotros prestamos mucha atención es al ámbito tecnológico, por lo que presentamos esta lista de siete pecados capitales que no debes cometer jamás, como para que lo pienses durante este fin de semana.

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En el mejor de los casos, seguir estos consejos salvará tu alma de muchos problemas, por lo que incluso si no eres un religioso geek, es bueno echarle un ojo a esta serie de recomendaciones.

Utilizar Windows XP

Sí, les gustó a muchos. No, no es buena idea seguir usándolo. Porque este sistema operativo de Microsoft tiene más de diez años de antigüedad, habiendo ya perdido el soporte para servicio técnico general por parte de la compañía creadora. Y no sólo eso, sino que al ser tan viejo, no es compatible con gran cantidad de software moderno ni funciones propias de las nuevas décadas, por lo que más de alguna vez te encontrarás con el problema de no poder instalar un programa que deseas.

Quizás es útil en ciertos entornos de trabajo donde el área de IT no ha actualizado la plataforma en diez años, sin embargo, que sea funcional no significa que sea óptimo, ya que puede ser bastante inseguro usarlo en dicho entorno, especialmente si se corre a la par del navegador web Internet Explorer 6, clásica combinación con la que muchas empresas funcionan.

Recomendamos saltar a Windows 7, sistema operativo muy estable que soporta las tecnologías más modernas, es seguro y a la vez fácil de utilizar. Ni pensar en correr la versión intermedia Windows Vista.

Instalar toda la suite de seguridad del antivirus

Imagen referencial. No, no ganaste.

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Los virus y amenazas informáticas son reales y muy peligrosas, eso es innegable. Sin embargo, algunos paquetes de seguridad ofrecen una serie de características muy saturadas, con escudos para e-mail, navegadores web, P2P, mouse, y un sin fin de herramientas. Todo esto hace que la computadora funcione lento al tener tantos procesos ejecutándose de fondo, algo que se puede evitar sencillamente utilizando el sentido común.

Porque si bien es necesario tener un escudo residente para el sistema de archivos y también para escanear unidades extraíbles como memorias flash (pendrives), quizás se puede evitar el resto de las opciones al navegar en forma inteligente por Internet. Esto significa no creerle a los anuncios que dicen: “Eres el visitante 99.999 y ganaste un millón de dólares”, ni tampoco a las promesas de una Green Card a Estados Unidos.

También es buena idea abrir con cautela los correos electrónicos y no presionar cualquier vínculo que vemos en pantalla, especialmente si son promesas demasiado buenas. Porque en Internet casi nadie (excepto nosotros) regala cosas, así que anda con cuidado y todo debiera estar bien.

Utilizar un teléfono con Windows Mobile

Este sistema operativo móvil de Microsoft tiene once años de antigüedad y está descontinuado. Mala idea seguir usándolo. Porque además de tener un reemplazo con el innovador Windows Phone 7, con cualquier otro móvil inteligente más económico nos hacemos con más características que con un Windows Mobile.

Porque hay pocas aplicaciones y los terminales son viejos y lentos, con tecnologías obsoletas. Ocupar uno además no entrega una gran experiencia de usuario, por lo que muchas veces puede ser un dolor de cabeza intentar hacer algo que en teoría es fácil. Incluso, a ratos la interfaz de usuario parece ser la de un celular convencional no inteligente (o feature phone).

Tener barras de herramientas en el navegador. Miles.

Una buena forma de interrumpir la productividad dentro de un navegador web es a través de barras de herramientas. Esta clase de software se instala en el sistema y activa funciones totalmente innecesarias a las cuales se puede acceder desde el mismo navegador web, haciéndolas redundantes.

Por ejemplo, la barra de Google ofrece búsquedas en Google. También hay otras que entregan bloqueo de ventanas emergentes, algo que se consigue con un plugin. Y éstos son los casos buenos, porque hay otros donde aparecen enlaces a sitios web desconocidos, conexiones a servicios de rankings inútiles, duplicación, triplicación y cuatruplicación de funciones básicas como “Cortar”, “Copiar” y “Pegar”, servicios de emoticones que sólo pueden ver personas con la misma barra de herramientas instalada en su PC, ofertas comerciales y un largo, larguísimo etcétera.

Además, algunas de ellas contienen Spyware, es decir, código espía que vigila tu actividad, algo que suponemos, nadie quiere. Todo esto pone lento al navegador y a nuestras mentes. No recomendable.

Utilizar una contraseña repetida o muy obvia

No cometer este pecado es muy importante, ya que hacerlo pone en riesgo la seguridad de cuentas importantes como la del banco o correo electrónico. El consejo es simple: no uses la misma contraseña siempre, ni tampoco una muy fácil de adivinar.

Combinaciones como “asdf1234”, “qwertyuiop”, “contraseña”, “1234567890” o “macoy123” no se deben usar, porque son obvias y cualquier persona con tiempo o un programa especial para adivinar passwords de manera automática puede obtenerlas, con software existente que bombardea la cuenta personal con muchas mezclas al azar, hasta dar con la correcta.

Ejecutar esta medida toma sólo unos minutos y es bastante lo que podríamos salvar, así que ¿por qué no hacerlo? Si a esto sumamos el almacenamiento de las nuevas claves en nuestra cabeza o un soporte físico muy bien cuidado, jamás debiéramos tener problemas de seguridad.

No respaldar la información de tu disco duro

Es clásico cuando alguien que lleva tres años trabajando en su tesis doctoral pierde la computadora. La única computadora de toda la galaxia donde estaba el trabajo de su vida, en el único disco duro del universo que almacenaba los bits más relevantes de su carrera.

¿Cómo, pero cómo no se le ocurrió respaldar esa carpeta con archivos? 

Después hay que ofrecer recompensas millonarias para que el ladrón, o quien haya encontrado el PC, se digne a devolver un documento que a veces pesa menos de 1MB. Esto es fácilmente evitable si tomamos algunas precauciones.

Se pueden respaldar los datos en un soporte externo, como un disco duro secundario, CD, DVD, memoria flash (pendrive) o hasta el teléfono móvil. Hay muchísimas formas que requieren únicamente de conectar el dispositivo al puerto USB y en 60 segundos se pasa la información.

También es posible utilizar un servicio de almacenamiento en la nube de Internet. Esto permitirá acceder a los datos desde cualquier computadora, así que incluso si perdemos el equipo, los DVDs, pendrives y discos externos, podremos tener nuestro trabajo conectándonos a Internet.

Acá destacan los servicios dados por Dropbox, el que en forma gratuita incluso te permite crear una carpeta en tu computadora donde depositas los archivos y los sincroniza automáticamente con la nube. Nada más fácil. Y puede salvar tu vida.

Utilizar mal las redes sociales

Estás en una fiesta, tomas unas copas, vasos, botellas o barriles de más, y casualmente estás borracho. Escribes cosas que no deberías en Facebook, como por ejemplo, una declaración libidinosa de amor a alguien que no lo sabía. Y al otro día, te arrepientes por el resto de tu vida por lo que hiciste y ella te odia. Mucho.

Peor aún: en esa misma borrachera inesperada, caes dormido por el cansancio del día y un buen amigo recoge de buena fe tu teléfono móvil para escribir cosas en tu cuenta de Twitter. Cosas relacionadas a un supuesto cambio de orientación sexual. O ligadas a lo mucho que estimas a los padres de tu novia. Cosas, por supuesto falsas, que no deberían ser publicadas a tos 300 seguidores en Twitter.

Otro ejemplo: Le dijiste a tu novia que estabas trabajando en el centro de la ciudad e ibas a llegar tarde a casa. Y en un arranque de lucidez, en ese mismo momento, haces check-in en Foursquare desde un hotel de dudosa reputación. Genio.

Situaciones como éstas hay por miles, y para evitarlas hay que seguir un sólo consejo: pensar antes de entrar a una red social. El mundo moderno está motivado por la ansiedad de compartir vía Internet lo que hacemos incluso dejando en segundo plano lo que efectivamente hacemos, llevándonos a realizar conexiones que quizás era mejor evitar. Cuida tu privacidad.

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