“Hemos bajado más de cuatro mil puestos de trabajo” concluyó el ministro de Industria de la provincia de Tierra del Fuego Fabio Delamata luego de comentar a una radio de esa provincia que “En 2011 terminamos el año con 13.695 puestos de trabajo y hoy debemos estar en 8.700 u 8.800”.
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A pesar de que, según intentó aclarar el ministro en la misma entrevista, estos puestos se tratan de empleos temporarios acotados a contratos de tres meses y cuya inestabilidad era conocida (lo que también clarifica un poco el inestable panorama del empleo en Tierra del Fuego), esta situación habría sido causada por las medidas a nivel nacional de restricción a las importaciones con el objetivo de equilibrar la balanza comercial y que está impidiendo que los fabricantes fueguinos se abastezcan de insumos importados.
Esto indicaría que la polémica medida de restricción de importaciones estaría trayendo más problemas que soluciones, por lo menos en el corto plazo, ya que toda la energía que el gobierno dedicó al crecimiento del polo de fábricas de tecnología de Tierra del Fuego estaría sufriendo la falta de componentes del exterior para la fabricación de productos.
Recordemos que según la ley de promoción de la industria tecnológica, los productos manufacturados en el país deben contar con un mínimo de un 30% de componentes de producción local, incluyendo el packaging y los manuales, algo que levantó sospechas en algunos sectores respecto a si realmente se están fabricando productos, ensamblando o sólo embalando y distribuyendo con algunos beneficios impositivos para las compañías adheridas a este proyecto.
Sin materias primas no hay producción, sin producción no hay empleos. La ecuación no es compleja. La demanda de insumos de las fábricas de tecnología de Tierra del Fuego llega a US$3.500 millones, los cuales no pueden ser adquiridos porque no existe autorización para entrarlos al país y tampoco se fabrica un componente similar en forma local.
Las fábricas más afectadas fueron Brightstar, AT y BGH, las que tenían entre 700 y 800 empleados y por falta de insumos para la fabricación quedaron en 300 empleados fijos. Para el ministro Delamata, la situación podría haber sido peor de no ser porque las fábricas aplicaron planes para reducir la eficiencia con el fin de hacer llegar la materia prima hasta marzo: “Faltan 4 mil puestos de trabajo pero podrían haber sido 13 mil“, declaró sobre la situación. También detalló que muchas plantas llegaron con personal e insumos a la fecha “porque están haciendo los celulares que no hicieron en enero y febrero”.
Además de ser víctimas de las leyes de restricción a las importaciones, a los tres principales fabricantes de tecnología en Tierra del Fuego, Brightstar, New San y BGH se les está exigiendo desde la Secretaría de Comercio de la Nación, comandada por el funcionario Guillermo Moreno, un plan de sustitución de divisas para equilibrar la balanza comercial con exportaciones. Entre los proyectos que hasta ahora más adhesión han tenido está el de la fabricación de baterías de litio con materia prima obtenida en la provincia de Catamarca, que comentamos dos meses atrás en una nota sobre el proyecto del físico argentino Daniel Barraco.
Link: Industria: Cayeron más de cuatro mil puestos, admitió el ministro Delamata (Sur54.com)