Allá, en el inframundo, sí que viven especies animales: Así lo ha comprobado una expedición hispano-rusa en la cueva más profunda del mundo, donde se encontraron cuatro nuevas especies de animales que viven a mayor profundidad en el planeta.
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El hallazgo se produjo en la Cueva de Voronia (Krubera-Voronya) en la región de Abkhazia, cercana al Mar Negro, que tiene 2.191 metros de profundidad.
Ahora sabemos que allí viven las nuevas especies que pertenecen al grupo de los colémbolos, que son unos animalitos invertebrados artrópodos cercanos a los insectos, los arácnidos o los crustáceos: Tienen el esqueleto externo y apéndices (patas, antenas, etc.) articulados, además de un órgano especial para saltar llamado “furca”.
Los ejemplares de estas especies son realmente pequeñitos: Miden entre 1 y 4 milímetros, y cada uno de los cuatro fue encontrado a una determinada profundidad, siendo el que alcanzó la mayor cota subterránea, el bautizado como “Plutomurus ortobalaganensis”, descubierto a 1.980 metros bajo la superficie y que es el de la imagen que acompaña esta nota.
Ahora, vamos, que estos animalitos son unos auténticos “todo-terreno”: Explican los investigadores, que debido a su modo de vida en la cueva, estas nuevas especies poseen características específicas desarrolladas para sobrevivir en condiciones subterráneas extremas, como la ausencia total de luz y la poca disponibilidad de recursos alimenticios.
Estos lo aguantan todo: El calor, la humedad, la oscuridad… Así lo explicó Enrique Baquero, zoólogo y profesor de la Universidad de Navarra (UNAV) y uno de los autores del estudio:
“Como respuesta a estas condiciones de vida, ninguno de los animales encontrados tiene ojos y carecen de pigmentación (color). Además, una de las especies ha desarrollado un quimioreceptor -una especie de antena parabólica química- que le permite moverse en un entorno tan complicado”.
Y dadas tales características de seguro te estás preguntando ¿cómo hacen para vivir en tales condiciones y a la mayor profundidad del Planeta? Según explica Baquero, que estas especies sean capaces de vivir en tales condiciones, se explica en el hecho de que son “recicladores” de materia orgánica:
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“Se alimentan de los hongos que crecen sobre ella, contribuyendo a su descomposición y participando en la red de las comunidades estables de artrópodos que existen en las cuevas”.
Lo más interesante de este hallazgo, a mi forma de ver, es que a pesar de que la cueva Krubera-Voronya, al ser única en el mundo que supera los dos kilómetros de profundidad recibe numerosas expediciones; sea esta la primera ocasión en la que se logra describir su fauna… Visto lo visto, aunque nos empeñemos en sentirnos los amos y señores del Planeta, siempre la naturaleza encuentra formas de recordarnos quién manda sobre quién.
Link: UNAV