Casi como en una escena de los primeros 15 minutos de una película de ciencia ficción futurista, un par de días después de que el CEO del principal fabricante de dispositivos Apple del mundo se refiriera a su plantilla de millones de empleados como “animales”, la firma de Cupertino anuncia máximos históricos tanto en ventas como en beneficios económicos, relegando a todas las compañías de tecnología del planeta a pelear por las migajas.
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Si esto parece poco real, al día siguiente de este anuncio sobre el éxito financiero de la compañía, el New York Times publica una extensa columna sobre la forma en que una empresa como Apple logra conseguir holgados beneficios económicos a costa de una mano de obra casi esclava, algo de lo que es innegable, los otros cientos de compañías que también fabrican en Foxconn consideran como imprescindible para lograr el éxito comercial. Pero, ¿que costo podrá tener para Apple no resolver estos problema en el mediano plazo?
Ya lo habíamos comentado en la noticia sobre las descuidadas declaraciones de Terry Gou, CEO de Foxconn sobre su zoológico tecnológico en Taiwan, pero la pregunta es importante para que el consumidor procese el tema ¿Vale la vida de un ser humano poder comprar gadgets a precios más accesibles? ¿Una marca no se deteriora a consecuencia de este tipo de prácticas?
Volviendo al artículo del NYT, y para no entrar en un debate filo-sociológico sobre lo bueno y malo del capitalismo y su variantes, lo que realmente asombra y podría justificar en parte, si lo miramos de manera lineal, el tremendo éxito de Apple en el mercado, es que sólo puede lograr este nivel de rendimiento fabricando sus productos en China. Y este éxito no sólo beneficia a los iPods y iPhones de Apple, también lo disfrutan y reflejan las ventas de Kindles de Amazon, PS de Sony, Xbox de Microsoft, Wii de Nintendo y todo un universo de gadgets de Acer, Asus, Cisco, Dell, HP, Intel, IBM, Logitech, Panasonic, Toshiba, Motorola, Nokia, entre los más destacados y reconocidos del mercado.
¿Se imaginan si Ford hubiera ensamblado su revolucionaria línea de producción masiva de automóviles en China en lugar de Detroit? ¿Hoy sería el Apple de las automotrices? Sin los nacientes sindicatos estadounidenses, quizás Ford podría haber bajado el tiempo de armado de un chasis completo de 100 minutos en su línea de ensamblado a poco menos de 1 hora, eso si, a costa de quitar descansos, extender jornadas y por supuesto, bajar salarios. Antes de los sindicatos y con las líneas de producción recién creadas, Ford había logrado bajar el armado completo de un chasis de Ford T de 12 horas a los 100 minutos que comentamos antes.
“No existe nada en el mundo como Ciudad Foxconn”, relata NYT. La empresa que emplea a 1.2 millones de trabajadores y produce el 40% de todos los productos tecnológicos que se consumen a nivel mundial, al ritmo que demandan los consumidores, entre 1 y 2 lanzamientos anuales, tiene sus instalaciones principales en Chengdu, China, donde 230 mil empleados trabajan entre 12 y 16 horas diarias por US$17 al día. En esa plantilla existen cerca de 9 mil ingenieros. Si necesitan contratar a 3 mil empleados lo pueden hacer de un día para el otro. En Estados Unidos, se necesitan cerca de nueve meses sólo para contratar a los ingenieros que Foxconn consiguió en 15 días. ¿Cómo se equipara una estructura de este tipo? Seamos sinceros, es una maquinaria imbatible.
Designed in California, Assembled in China
En febrero del año pasado se realizó la reunión cumbre entre los principales líderes de la industria tecnológica y el presidente Barack Obama. Una de las grandes preguntas de la noche fue la que le hizo el presidente a Steve Jobs sobre la nave insignia de Apple y orgullo de toda una generación estadounidense: “¿Qué haría falta para fabricar iPhones en Estados Unidos? ¿Por qué no se puede hacer ese trabajo en casa?” Según otro invitado de esa noche, Jobs fue categórico y comprendió rápidamente el sentido de la pregunta, a la que respondió: “Los puestos de trabajo no van a regresar”. Toda una declaración de principios y de comprensión de sobre qué está apoyado el liderazgo tecnológico de Apple.
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En ese momento, se reveló uno de los mayores interrogantes para Apple. No sólo se trata de que en China u otros países fabricantes, la mano de obra sea más barata. También la escala de fabricación, la flexibilidad laboral, la falta de controles industriales y ambientales han provocado que el “Made in USA” ya no sea una opción viable para ninguna de las grandes marcas de productos tecnológicos del mundo.
Un interesante análisis sobre la posibilidad de fabricar iPhones en Estados Unidos, para lograr el potencial de industria local que brilló en los ’40, ’50 y ’60 y así apuntalar la debilitada economía local, relevó la cantidad de ciudades estadounidenses que poseen igual o mayor cantidad de habitantes que los 230 mil empleados que posee Foxconn sólo en Chengdu. La respuesta fue 83 ciudades, de las cuales sólo 50 podrían lograr proporcionar tanta mano de obra, en algunos casos, suponiendo que el 50% de las población de dedicara sólo a la producción. “Si la fábrica estuviera montada en Nueva York, 3 de cada 100 neoyorquinos trabajarían en una línea de montaje para Apple”, destaca el informe.
Estos sólo son unos pocos ejemplos de cómo la maquinaria de fabricación china supera ampliamente a la de Estados Unidos, tanto en escala, como en eficiencia y velocidad de fabricación. Según NYT, no sólo el precio final sería el principal factor por el cual los fabricantes de tecnología prefieren China. De acuerdo a un estimado de costos, si estos productos se fabricaran en los Estados Unidos, los subsidios estatales, más los beneficios impositivos y traslados harían que un iPhone fabricado en su país de origen se incremente en unos US$65 de costo.
Pero el problema no radica en este punto. Lo que no puede resolver hoy una planta de fabricación en Estados Unidos es la habilidad de los chinos para construir la mayor cantidad de unidades en el menor período de tiempo posible, incluso ajustando detalles de último momento, como sucedió con la antena del iPhone 4 durante su lanzamiento. Esta particularidad, según los mismos ejecutivos de Apple, existe porque “Estados Unidos ha dejado de producir personas con las habilidades que necesitamos”. ¿Estarán hablando de esclavos de US$17 dólares diarios por siete jornadas semanales de 16 horas cada una? Mejor ni preguntemos…
Lo que pareciera desde la moral un alto costo en prestigio y ventas para una empresa, parece no ser tan importante al momento de activarse nuestro Reflejo de Pavlov ante la noticia de un nuevo gadget. Por el momento, tanto Apple como otras grandes tecnológicas del mundo parecen salir airosos de esta situación. Quizás el quiebre que creemos que sucederá no venga desde el mismo consumidor sino desde el interior de quienes dejan la piel fabricando productos para cubrir la creciente demanda.
Links:
– In China, Human Costs Are Built Into an ipad (NewYorkTimes)
– Why Apple’s products are ‘Designed in California’ but ‘Assembled in China’ (TUAW)
– How the U.S. Lost Out on iPhone Work (NewYorkTimes)
– Apple: récord de ventas, beneficios masivos, pero… ¿A qué coste? (microsiervos)