Quizás no parezca una novedad este tipo de tecnologías, pero si leemos bien el titular notaremos que esta versión de turbina eólica es “flotante”, lo que la convierte en el primer proyecto de este tipo a diferencia de los modelos que se fijan en el fondo del mar.
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El concepto de turbina flotante permitirá que la construcción sea mucho más económica al no necesitar más que unas líneas de acero que la fijen, como si fueran anclas de un barco, y que reducirán los altos costos que supone fijar elementos a las profundas aguas del atlántico. Además del bajo costo de montaje, la ventaja de las turbinas flotantes es que pueden ser remolcadas a un puerto para su reparación sin más que un pequeño barco.
La granja de turbinas Windfloat será instalada a 350 kilómetros de la costa protuguesa y estará construída y administrada por un consorcio formado por la empresa Energías de Portugal y la estadounidense Principle Power.
Este consorcio cree que algunas zonas costeras europeas, donde las profundidades varían entre 30 y 60 metros son ideales para este tipo de tecnología de flotación, la cual también posee un sistema de estabilización interno para evitar caídas o desperfectos producto del oleaje o tormentas.
Luego de ser remolcadas hasta el mar, estas fuentes de energía limpia son conectadas a través de una red de cables que transmiten la energía hacía concentradores para su uso a un ritmo de 2 megavatios (2 millones de wats), aunque no se especificó el período ni la cantidad de turbinas necesarias para generar este volumen. Sólo es cuestión de esperar a ver cómo quedan montadas en el mar real, ese que con su potencia puede generar millones de vatios de energía pero también destruir cualquier tipo de estructura.
Link: La primera turbina eólica del mundo (abc.es)