La “sustancia X” es la que hizo superpoderosas a las chicas superpoderosas, y la X es también la letra de los Archivos Secretos, de modo que Google no podía elegir otra letra para su laboratorio secreto, ubicado en un lugar no revelado ni por Google Maps, donde la compañía imagina el futuro superpoderoso.
PUBLICIDAD
El New York Times, aunque no pudo ir, consiguió entrevistas bajo anonimato con algunas personas que trabajan en este laboratorio clandestino – “ninguno quiso hablar con atribución porque Google mantiene tan en secreto el esfuerzo que muchos empleados ni siquiera saben que existe el laboratorio”, señala el periódico.
Algunas ideas que estarían en desarrollo en este lugar son refrigeradores conectados a internet que te permiten ordenar pedidos de comida cuando queda poco, platos de comida que postean en Twitter lo que comes, robots que van a la oficina por ti, ascensores espaciales, y otros. Todo está en etapa conceptual por el momento, lejos de ser realidad.
Google, al parecer, quiere mantenerse como un lugar innovador, y el laboratorio sería el lugar donde hacer investigaciones que rompan con lo que existe. Una de las ideas que habría salido de aquí sería el auto que se maneja solo, proyecto que podría llegar a las calles de Estados Unidos.
Según el New York Times, el co-fundador Sergey Brin está estrechamente relacionado con el laboratorio, y creó la lista de ideas a desarrollar en conjunto con Larry Page. El laboratorio es administrado “tan misteriosamente como la CIA”, según uno de los entrevistados, y está lleno de ingenieros de software, expertos en robótica e ingenieros eléctricos, no sólo de Google sino también contratados de otras empresas como Microsoft, Nokia, el MIT, Stanford, Carnegie Mellon y la New York University.
Entre los grandes nombres se cuenta a Sebastian Thrun, profesor de Stanford experto en robótica e inteligencia artificial, Andrew Ng, también profesor de la misma universidad que aplica neurociencia en la inteligencia artificial para enseñar a los robots a operar como personas; y Johnny Chung Lee, especialista en interacción humano-computadora, que participó en el desarrollo de Kinect.
Google probablemente mantiene todo en secreto porque se trata de un asunto que pone nerviosos a los inversionistas. Si bien el laboratorio puede producir el próximo gran éxito de la empresa, también puede producir grandes fracasos. Larry Page ha intentado calmar a los preocupados indicando que los proyectos locos son sólo una parte pequeña de la empresa. Aunque lo suficientemente grande para mantener a Google creando cosas locas.
Link: At Google X, a top-secret lab dreaming up the future (New York Times vía CHW)