Como si no les importara complicarle la vida estudiantil a los pobres jóvenes que cada día les agregan más elementos en la poco querida tabla periódica, en estos instantes hay dos equipos de científicos internacionales están compitiendo por lograr crear el (nuevo) elemento más pesado del universo. Es decir, están en una carrera por hacerlos más infelices lo antes posible.
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El profesor de química nuclear Jon Petter Omtvedt, de la Universidad de Oslo, se encuentra trabajando con científicos de Europa del Este, Japón y Estados Unidos y relizando experimentos en la Compañía para la Investigación de Iones Pesados (GSI Helmholtz), en Alemania. En tanto que el orto grupo está compuesto por investigadores rusos y estadounidenses en el Instituto Central de Investigaciones Nucleares, en Dubna, Rusia.
Omtvedt señala que “la competencia es muy afilada. Los elementos súper pesados son altamente inestables y muy difíciles de crear. Es como encontrar algo desconocido en el espacio exterior”.
Por lo demás, crear un átomo único de un nuevo elemento no es suficiente como para acreditar su descubrimiento y los resultados deben ser replicados. “Nadie obtendrá ningún reconocimiento hasta que otro laboratorio logre reproducir el experimento”, agregó el científico noruego.
El tema es que contra más pesado es un elemento, más tiempo lleva producirlo y menos tiempo es el que perdurará intacto antes de degradarse. Por ejemplo, un átomo de elemento 106 era creado en una hora cuando fue descubierto y decaía en 20 segundos, mientras que un 118 puede ser creado en un mes y la mitad de su vida (antes de que la mitad decaiga) es de sólo 1,8 milisegundos.
Así, hace dos semanas físicos nucleares del Laboratorio Nacional Oak Ridge en Tennessee, crearon 20 miligramos de berkelio y se le dio a ambos equipos en competencia la mitad para crear el elemento 119. Deberán bombardear un plato metálico cubierto con átomos de berkelio y un rayo de átomos de titanio (que es la parte compleja y que marcará la diferencia). La media vida del berkelio es sólo de 320 días y tras eso la mitad de la muestra se habrá degradado en otros elementos.
Con ellos, los 22 protones del titanio se unirán a los 97 del berkelio y formarán un átomo con 119 protones; un átomo del elemento 119. La única manera de detectar el nuevo átomo es observar la radiación radiactiva que emita al decaer.
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Complejo de conseguir. No es que esté contra los descubrimientos, pero en esta pasada estoy con los estudiantes. Que los dejen acostumbrarse a los últimos nuevos elementos antes de meterles más. ¿O no?
Link: Racing to Be the First to Create the World’s Heaviest Element (Science Daily)