Si el año pasado el sexo oral entre murciélagos se hizo acreedor de una especie de Premio Nobel, este año no podía ser menos un estudio sobre el sexo entre escarabajos y botellas de cerveza. Porque los premios Ig Nobel -una suerte de parodia y antesala de los de verdad– celebran los avances y descubrimientos científicos en el terreno de lo absurdo.
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En la 21° premiación que es realizada por el Journal of Improbable Research y que tuvo su ceremonia anoche en la Universidad de Harvard en Boston, uno de los ganadores más llamativos fue el de la categoría de Biología, que quedó en manos de Daryll Gwynne, de la Universidad de Toronto. Descubrió que el escarabajo bupréstido australiano intenta por accidente tener relaciones sexuales con una clase específica de botellas de cerveza llamadas “stubbies”, porque su coloración y pequeñas marcas se asemejan a la parte trasera de las hembras de la especie. Lo terrible es que los escarabajos se quedan en las botellas -que eventualmente caen hacia un lado- y son depredados por hormigas, entonces este tipo de botellas podrían poner en peligro la especie entera. Noble estudio.
En otras categorías con insólitos ganadores, Mirjam Tuk, de la Universidad de Twente en Holanda y Peter Snyder de la Universidad Brown en Providence, ganaron el premio Ig Nobel de Medicina por demostrar que la gente controla mejor sus impulsos cuando tienen una fuerte necesidad de orinar.
El de Seguridad Pública quedó en manos de John Senders, de la Universidad de Toronto, que estudió las distracciones y cómo afectan la atención de los conductores en carreteras. Esto, con un visor que cae reiteradamente sobre la cara de una persona, cegándolo.
Los demás ganadores fueron:
– Arturas Zuokas, alcalde de Vilna, Lituania, ganó el Premio de la Paz por mostrar que el problema de los vehículos de lujo que estacionan en zonas prohibidas se puede solucionar con un tanque blindado que los aplaste.
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– John Perry, de la Universidad Stanford, por su Teoría de Dilación Estructurada, quien sostiene que quienes postergan las cosas para más adelante pueden ser motivados a hacer algo importante siempre y cuando lo hagan como una forma de evitar hacer algo de mayor relevancia.
– Anna Wilkinson, de la Universidad de Lincoln en el Reino Unido, Natalie Sebanz de la Radboud University de Nijmegen en Holanda y otros, por su estudio que no halló evidencias de que los bostezos sean contagiosos entre las tortugas de pies rojos.
– Makoto Imai, Naoki Urushihata, Hideki Tanemura, Yukinobu Tajima, Hideaki Goto, Koichiro Mizoguchi y Junichi Murakami, de Japón, por determinar la densidad ideal del wasabi -un rábano picante- transportado por el aire para despertar a las personas que están durmiendo y por aplicar este conocimiento para inventar una alarma de incendio con wasabi.
– Karl Halvor Teigen de la Universidad de Oslo, Noruega, por intentar entender porqué, en su vida cotidiana, la gente suspira.
– Los estadounidenses Dorothy Martin, que predijo que el mundo se acabaría en 1954; Pat Robertson, quien predijo que el mundo se terminaría en 1982; Elizabeth Clare Prophet, quien predijo que el mundo finalizaría en 1990; y Harold Camping, quien predijo que el mundo dejaría de existir el 6 de septiembre de 1994 y el 21 de octubre del 2011; el coreano Lee Jang Rim, quien predijo que el mundo concluiría en 1992; Shoko Asahara de Japón, quien predijo que el fin del mundo ocurriría en 1997; Credonia Mwerinde de Uganda, quien predijo el evento para 1999. Todos por enseñarle al mundo a ser cuidadoso cuando se realicen cálculos y suposiciones matemáticas.
Y si quieren ver la repetición de la ceremonia, pueden hacerlo aquí.
Links:
– Ig Nobel Prize awards bettle sex and yawning turtles studies (Telegraph)
– Wasabi alarm, beetle sex win Ig Nobel spoof prizes (Reuters)