(cc) Images_of_Money
PUBLICIDAD
Standard & Poor’s (S&P) es una calificadora de riesgo, una empresa que se dedica a decirle a los inversionistas cuán seguro es que uno vaya a recuperar la plata cuando invierte en algo. El fin de semana, la calificadora bajó los bonos del Tesoro de Estados Unidos de AAA (lo mejor de lo mejor) a AA+ (un poco menos bueno). Es la primera vez que EE.UU. cae de AAA en 70 años. Además, S&P agregó como comentario que el panorama era “negativo” para el futuro, así que no es probable que el país vuelva a AAA pronto.
Así, las bolsas mundiales despertaron el lunes todas en rojo (incluyendo Santiago que caía sobre 4% al momento de escribir esta nota), más que nada ante el temor de que Estados Unidos vaya a caer en recesión (otra vez).
La decisión de bajar la calificación no fue fácil y tuvo una cierta cuota de drama financiero. S&P notificó a mediodía del viernes al Departamento del Tesoro que bajaría la calificación. El Tesoro recibió los datos y se puso a revisar, encontrando un error de US$2 billones en los cálculos del S&P. Quizás con la esperanza de que el organismo cambiara de opinión, el Tesoro retardó el anuncio de la baja de calificación por varias horas. Sin embargo, el S&P ratificó su decisión y a las 8 de la tarde el descenso de Estados Unidos era oficial.
¿Es que US$2 billones no significan nada? S&P cambió sus argumentos para la baja aduciendo que las medidas tomadas por el Congreso y el gobierno con el reciente plan para aumentar el techo de la deuda son insuficientes para estabilizar la economía. El Tesoro por supuesto se enojó señalando que “la magnitud del error – y la velocidad con la que S&P cambió su principal razón para su acción cuando se les mostró este error – despiertan dudas fundamentales respecto a la credibilidad e integridad de las acciones de calificación de S&P”.
Aún con US$2 billones de diferencia, sería iluso creer que Estados Unidos no tiene problemas. Más allá del error matemático, los mercados siempre han estado guiados por emociones que van más allá de los números. El rumor de que Estados Unidos perdería su calificación viene desde hace tiempo, por varias razones: la altísima deuda del país, los problemas políticos para ponerse de acuerdo en cómo enfrentar esa situación, los recortes de presupuesto que disminuirán el gasto, y que podrían llevar a una contracción económica (y recesión), etc.
PUBLICIDAD
Por otro lado, S&P y casi todas las calificadoras de riesgo tienen una muy mala historia reciente. Estas mismas agencias dijeron por muchísimo tiempo que los bonos de hipotecas, que causaron la crisis financiera de 2008, eran de lo más seguro del mundo. Hasta que de pronto se convirtieron en bonos basura. Ahora, además no saben sumar porque se les pierden US$2 billones.
Pese a la mala fama, las calificadoras conservan su autoridad y los mercados todavía reaccionan a lo que dicen respecto a temas como la deuda de Estados Unidos.
Es difícil decir qué consecuencias tendrá esto. El dólar probablemente seguirá como loco por algún tiempo, lo que seguro mantendrá a los exportadores complicados – mientras que si quieren comprar electrónicos o viajar, se puede aprovechar que está bajo. Por otro lado, si Estados Unidos cae en recesión de nuevo, podríamos vernos enfrentados a situaciones similares a las que vimos con la crisis de 2008… pero eso está por verse.
Links:
– S&P downgrades US debt for first time (WSJ)
– Just the facts; S&P’s $2 trillion mistake (Departamento del Tesoro)