Los fideos instantáneos han sido la solución para un almuerzo rápido y apurado. Han sido comida obligada de cualquiera que haya sido estudiante o haya vivido solo. Hay variedades para preparar en 3 minutos y otras más extremas a las que simplemente les echas agua caliente, los tapas y listo, ya tienes un almuerzo. Estos fideos han sido considerados “la mayor invención japonesa del siglo XX“, según una encuesta llevada a cabo el año 2000 – por encima de cualquier gadget – y su creador, Momofuku Ando, es un héroe nacional. Todo por unos fideos.
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Momofuku Ando nació en Taiwán en 1910, pero se mudó a Japón por negocios en 1933 y se nacionalizó japonés en 1948. “Momofuku” en realidad es como se lee en japonés “Wu Pai-fu”, su nombre original en chino, y “Ando” simplemente es un apellido común en ese país.
Ando no tenía idea de fideos ni de cocina cuando llegó a Japón y trabajó en múltiples negocios muy poco exitosos. En 1948 incluso fue arrestado por evadir impuestos y pasó dos años en la cárcel. Como consecuencia perdió la empresa de textiles que tenía entonces por quedarse en la bancarrota.
Pobreza y hambre
Momofuku Ando
Tras esa mala experiencia y estando casi en la ruina, Ando decidió emprender con una pequeña productora de sal en Osaka, Japón. Allí sería donde nacerían los fideos instantáneos.
Ando comenzó a experimentar con los fideos en 1958. La idea se le había ocurrido una década antes, mientras Japón todavía estaba devastado tras la Segunda Guerra Mundial y dos bombas atómicas. La escasez de alimentos era tremenda, y la pobreza también. En su autobiografía, Ando relata de dónde le vino la inspiración.
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Estaba pasando por una zona de la ciudad y vi una fila de unos 20 o 30 metros en frente de un local del que salían nubes de vapor. La gente estaba vestida en harapos y tiritaba de frío mientras esperaba su turno. Una persona me dijo que estaban en la fila para conseguir un plato de ramen”, dijo. “Me di cuenta de que la gente estaba dispuesta a esperar pacientemente sólo por un plato de ramen”.
Ando pensó que vender fideos aburridos y sin sabor no eran la solución, sino que se necesitaban fideos sabrosos, que fueran baratos y fáciles de preparar. El problema era cómo sazonarlos sin que quedaran blandengues y perdieran su contextura. Armado con una máquina para hacer fideos usada y un wok, Ando comenzó a experimentar echándole sopa a los fideos en el wok, separando los fideos a mano y dejando que se secaran parcialmente en el calor. “Esto permitía que los fideos absorbieran la sopa en la capa exterior. Luego sequé los fideos para que se mantuvieran por más tiempo y se pudiesen preparar fácilmente usando agua hirviendo”, escribió Ando.
Por supuesto, requirió varios intentos llegar a la fórmula perfecta. Con 48 años de edad, en 1958 Ando le cambió el nombre a su empresa a “Nissin” y lanzó al mercado su primer paquete de ramen precocido instantáneo. Se llamaron “Chikin Ramen” debido a su sabor original a pollo (chicken). Aunque al principio era un producto caro, los fideos instantáneos se volvieron rápidamente populares a medida que millones de japoneses con poco tiempo para almorzar los tomaron como almuerzo. A medida que Japón avanzaba a la era de la alta tecnología, 3 minutos era el tiempo correcto para preparar comida. Además,con el tiempo el precio fue bajando continuamente.
El pollo, éxito universal
(cc) jonno101101
El pollo fue quizás el ingrediente del éxito global de Nissin. “Al usar sopa de pollo, el ramen instantáneo se saltaba los problemas religiosos de distintos países. Los hindúes no comen carne y los musulmanes no comen cerdo, pero no hay ninguna cultura, religión o país que prohíba comer pollo”, escribió Ando en su biografía.
Ando comenzó a trabajar más adelante en lo que se convertiría en su producto más famoso: los Cup Noodle, fideos instantáneos que venían dentro de un vaso impermeable a los que sólo se les agrega agua y se los deja reposar para que se preparen. Fueron lanzados en septiembre de 1971.
La inspiración para meter los fideos dentro de un vaso vino de las ventas de su ramen en el extranjero: Ando descubrió que los occidentales partían el bloque de ramen por la mitad, lo metían en un bowl o en una taza, y vertían agua encima. También se los comían con tenedor y no con palitos, pero eso era un detalle. Ando estaba inspirado y decidió que un vaso de poliestireno extruido que fuera más angosto abajo que arriba sería ideal para preparar y mantener calientes a los fideos. Comerselos sería tan fácil como levantar la tapa, agregar agua y esperar. La simplicidad, eficiencia y bajo precio de los Cup Noodles transformaron a Nissin en una empresa millonaria.
Nissin inició operaciones fuera de Japón en 1970, abriendo oficinas en California, Estados Unidos. Actualmente hay plantas de Nissin en Hong Kong, Indonesia, India, Brasil, México, Perú, Singapur, China, Filipinas, Tailandia, Hungría y Alemania, con 16 sabores distintos de ramen para elegir.
A medida que los precios fueron bajando, el ramen se convirtió en un exitosísimo negocio. La demanda mundial llegó a 98.000 millones de porciones vendidas en 2007. El Chikin Ramen se puede encontrar en Japón a unos 60 yenes, un tercio de lo que cuesta una sopa ramen en un restaurante japonés.
En junio de 2005, la compañía creó unos ramen especialmente sellados al vacío para el astronauta japonés Soichi Noguchi, que se los comió durante una misión en el transbordador Discovery. En la oportunidad, Ando dijo estar feliz de “haber logrado mi sueño de que los fideos llegaran al espacio”.
La contribución de Ando ha sido vista por Japón – y por muchos otros en el mundo – como una ayuda a eliminar el hambre en el mundo. Su idea ha alimentado a millones de personas de una manera barata y fácil, y ha servido para darle de comer a personas afectadas por desastres y pobreza.
Ando recibió montones de medallas del gobierno y del emperador por sus logros en alimentar a la población antes de su muerte en 2007, incluyendo la Orden del Sol Naciente, la segunda mayor condecoración que puede obtener un civil en Japón.