Otros usos creativos para el papel (cc) aloha orangeneko
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Según nuestra encuesta – en la columna a la derecha en este blog – el papel higiénico es el invento más indispensable para la vida de nuestros lectores, por sobre el notebook o la Coca Cola. Y ya que esto es así, decidimos averiguar un poco más sobre esta brillante invención para conocer su origen.
Si bien la gente siempre ha tenido que limpiarse después de ir al baño, hay que considerar que no siempre se usó el papel higiénico (o “confort”) para esta tarea, sino que había que recurrir a otros métodos como usar hojas de árboles, pasto o la mano no más. Aparentemente el primero en discurrir usar el papel fue un chino: aunque el nombre de este genio no aparece por ninguna parte, los primeros registros escritos sobre el uso de papel para esta función provienen de ese país y datan del siglo VI.
En el año 589 d.C., el académico Yan Zhitui escribió: “Papeles en los que hay anotaciones o comentarios de los Cinco Clásicos o los nombres de los sabios, no me atrevo a usarlos para el baño”.
El papel, al fin y al cabo, fue inventado en China alrededor del siglo II, pero por mucho tiempo sólo se usó para envolver cosas y escribir, hasta que a alguien se le ocurrió que podría servir para limpiarse después de hacer las necesidades.
La fabricación a nivel masivo del papel higiénico no se registró hasta el siglo 14, durante la dinastía Yuan en China. Por entonces, se registró que en la provincia de Zhejiang se producían 10 millones de paquetes de entre 1.000 y 10.000 hojas de papel higiénico al año, que en ese entonces no se enrollaban, sino que se apilaban. Cada hoja medía 90 cm x 60 cm.
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Durante la dinastía Ming (entre 1368 y 1644), se registró que en 1393 se produjeron 720.000 hojas de papel higiénico para la Corte Imperial en la capital Nanjing. El mismo año, la familia imperial usó 15.000 hojas de papel especial extra-suave y perfumado para el baño.
Occidente
(cc) Dalboz17
Mientras tanto en Europa y otros lugares menos refinados, la gente con dinero se limpiaba con lana o tela, mientras que la gente sin dinero se limpiaba con la mano y con agua, o con trapos, hojas, pasto, paja, nieve, algas, y varias otras cosas dependiendo del país, costumbres y condiciones ambientales.
En varios lugares, aún cuando había papel disponible, éste no era utilizado porque no se consideraba lo suficientemente limpio en comparación a lavarse con agua (para eso era el bidé por ejemplo).
El papel no se volvió popular en el baño occidental hasta 1857, cuando el estadounidense Joseph Gayetty comenzó a vender lo que se considera el primer papel higiénico comercial. El comerciante vendía paquetes de “Papel medicado Gayetty” en paquetes de 500 hojas con una marca de agua con el nombre del inventor. Cada paquete costaba US$0,50. Era publicitado como “la gran necesidad de la época”, y eventualmente comenzó a ser utilizado de forma masiva. Gayetty obtuvo una de las primeras patentes de papel higiénico de Estados Unidos.
En 1871, los hermanos Clarence e Irvin Scott comenzaron a vender el papel en rollos, bajo la marca Scott, que se volvió rápidamente popular. Desde allí, empezaron a florecer fabricantes de papel en Europa y distintos lugares del mundo, convirtiendo al papel higiénico en una necesidad básica de cada hogar y cada baño. Luego la competencia comenzó a innovar en cuanto a suavidad del papel, color, diseño y otros agregados, pero ya nadie se cuestiona limpiarse el traste de otra manera.