(cc) Ruben Vermeersch
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Quizás algunos de ustedes hayan oído hablar de Internet2. Posiblemente muchos no hayan escuchado de ella. ¿Es una red paralela? ¿Hay otra internet separada de la nuestra donde leemos FayerWayer? ¿Qué hay en esa otra internet?
Pues bien, efectivamente se trata una «rama» de Internet, dedicada exclusivamente a la investigación. En 1996, cuando Internet comenzaba a volverse popular, 34 instituciones de diferentes universidades de Estados Unidos se organizaron en la Corporación Universitaria para el Desarrollo Avanzado de Internet. La idea era tener un ancho de banda asegurado y confiable, separado del servicio comercial, reservado para la comunidad investigadora y educacional estadounidense, que permitiera hacer experimentos. A su vez, los avances que se lograran en la Internet2 podrían traspasarse a la Internet común que tenemos los demás mortales.
Esta Internet efectivamente es rápida: actualmente entrega hasta 400 Gbps a través de una red de fibra óptica, y se están realizando inversiones para que alcance una velocidad de nada menos que 8,8 Tbps en el futuro cercano. Esa velocidad, sin embargo, alcanza alrededor de unas 300 organizaciones que son miembros en Estados Unidos. Hacia abajo, Internet2 se conecta con 20 redes regionales que enlazan unas 66.000 otras instituciones, como bibliotecas, museos, escuelas y centros médicos, con velocidades que van entre los 10 Gbps y los 30 Gbps.
Aún así, se trata de un experimento limitado si se compara con el resto de Internet. A 15 años de sus inicios, hay consenso en que la Internet2 ha cumplido el primero de sus objetivos (ser una red para investigación), no tanto así el segundo (que los avances logrados ahí se traspasen a la «otra» internet).
Fines científicos
En el ámbito de investigación, Internet2 opera como el enlace entre Estados Unidos y la comunidad global de científicos. Los físicos estadounidenses que trabajan en el Gran Colisionador de Hadrones (LHC), por ejemplo, utilizan esta red para trabajar con los datos. Cada instalación del LHC tiene varios petabytes de información almacenada y miles de núcleos computacionales procesando y analizando datos, por lo que gran parte de Internet2 se dedica a distribuir información para permitir la colaboración en la investigación de esa información.
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La Internet2 se ha utilizado así para ayudar a transmitir datos en toda clase de investigaciones, desde música a medicina. También se han probado aquí varios avances técnicos, incluyendo la realización de las primeras videoconferencias en alta definición sin compresión. Sin embargo, no mucho se ha avanzado en realizar mejoras que puedan ser aplicadas a las redes comerciales.
Algunos apuntan a que como se trata de una organización sin fines de lucro, no opera como una red comercial y no se puede usar como modelo para estas redes. Por otro lado, como se trata más que nada de un proyecto científico, de investigación, tampoco ha podido aportar en términos de políticas públicas para el uso de internet, implantación de modelos de negocios para los proveedores de servicio, y otros asuntos que no son técnicos.
En este sentido, la Internet2 no tiene mayor relevancia para la internet que usamos todos los días. Aún así, es una red muy valiosa para Estados Unidos en términos de investigación.
Aunque se llama «Internet2», no hay que pensar que esta es la única «red paralela» que existe. En el resto del mundo, varios países han optado por armar sus propias redes independientes para investigación, como GEANT en Europa, CLARA en América Latina y la propia red computacional del LHC.
Links:
– Internet2
– Internet2 turns 15. Has it delivered on its promise? (Network World)