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Un hombre llamado Yang Junlin, de la provincia de Huizhou en China, seguramente se levantó un día y dijo “no necesito amigos, los construiré”. Bueno, tal vez no fue exactamente eso, pero sí puso manos a la obra cuando, después de un concierto, vio algunas esculturas hechas de metal, se enamoró del concepto y empezó a construir unas propias, a partir de material de desperdicio. Pero la diferencia es que Yang decidió plasmar su afición por la franquicia de Transformers, la película basada en la serie animada, basada a su vez en las figuras de acción (eso estuvo un poco a lo Inception ¿verdad?).
Pronto, unas cuantas reproducciones de los robots alienígenas transformables no le fueron suficientes y decidió abrir una fábrica llamada Leyenda de Hierro, en la que empleó a una decena de personas que le ayudan a realizar un pasatiempo algo costoso, pero que debe traer muchas satisfacciones cuando se asoma al patio y ve al mismísimo Optimus Prime. La fábrica abrió en 2006, cuando Yang se retiró del ejército y, desde entonces, ha creado unas 1,000 réplicas de Transformers.
Todo es risas y diversión, hasta que alguien descubra que esas estatuas poseen un cerebro positrónico que no respeta las Tres Leyes de la Robótica. La galería, después del salto.
Link: Chinese Transformers Fan Builds His Own Army of Robots (Oddity Central)