(cc) Kuwait-Ra’ed Qutena Flickr
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La magnitud de China y la velocidad de su crecimiento son difíciles de comprender para nuestra cultura occidental, ya que a pesar de ser “la fábrica del mundo”, su hermético régimen político y su estricto control sobre la población hacen que la muralla sea cada vez más alta para los que queremos ver que pasa del otro lado.
¿China planea conquistar el mundo? No parece una pregunta utópica si vemos las cifras de su maquinaria de producción y de los recursos que utiliza de otros países del planeta para alimentar al mayor ejército de obreros de la tierra.
La población de China es de 1.300 millones de personas, cuatro veces el tamaño de la de Estados Unidos. Es el mayor exportador de productos de todo el planeta y entre los datos más escalofriantes de esta infografía podemos destacar que durante 2009 produjo más de 67 millones de televisores LCD y 619 millones de teléfonos celulares.
No hay empresa en el mundo que no consuma algún producto de procedencia china, pero esa dependencia podría convertirla en un país con el suficiente poder económico para controlar los recursos, el consumo y el ritmo económico de cada región de la tierra. También podría significar una gran solución para las empresas que ven a China como la fábrica de sus productos a precios de horas-hombre casi equivalente a una mano de obra esclava.
Pero a pesar de que desde este lado de la muralla vemos a este país como lleno de gente vestida con ropa de bambula y comiendo arroz con palitos, el gigante asiático posee un ejército de casi 5 millones de soldados (incluyendo los reservistas), la última tecnología en armamento y las principales innovaciones en el mundo de la tecnología y las comunicaciones.
Incluso, a principios de 2011 se conoció la intención de sus gobernantes de dejar de ser “la gran fábrica imitadora de productos” para comenzar a desarrollar patentes propias, con el objetivo de lograr poseer 2 millones de patentes en los próximos cuatro años. ¿Que pasaría si un día China decide cambiar un estándar tecnológico por poseer una patente mejor o más económica para fabricar un producto? ¿Sería tan simple para las empresas occidentales aceptar una derrota de ese tipo? Por ahora, analicemos la actualidad de este país, donde todo se cuenta con seis ceros.
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Link: The Numbers Behind China (Penn-Olson)