La ceremonia de entrega de los Premios Goya, el máximo galardón del cine español, estuvo eclipsada por una que otra anécdota ajena al séptimo arte.
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Para empezar, se dice que la protesta de Anonymous fuera del lugar del evento tuvo una convocatoria masiva. Tanto así, que todo el preludio de la alfombra roja, donde los artistas desfilan con sus mejores prendas ante las cámaras, se hizo entre pifias y abucheos. No llegaron a tirar tomates (eso queda para el 7 de julio) pero ningún famoso quiso quedarse mucho rato posando o saludando: no hay que tentar a la desgracia.
Dos celebridades que se toparon en el ingreso fueron dos antagonistas enfrentados desde hace varias semanas por la ley antidescargas o Ley Sinde. La homónima ministra Ángeles González Sinde y el líder de la Academia de Cine, Alex de la Iglesia. Se saludaron con amabilidad, y por lo mismo nadie sospechó lo que vendría más tarde en la velada.
Cuando la polémica Ley Antidescargas fue aprobada por el senado, Alex de la Iglesia anunció que no estaba de acuerdo con ésta, y que dimitiría a su posición como Presidente de la Academia de Cine luego de los Premios Goya. A la ministra no le hizo gracia semejante demostración de rebeldía y trató de impedir a toda costa que alguien tan visible manifestara su oposición en un momento tan mediático. En otras palabras, intentó convencerlo de que no renunciara, y paralelamente -dicen- metió presión para que lo hicieran renunciar antes de modo que no pudiera hacer un discurso de despedida.
Nada de eso resultó. Alex de la Iglesia subió al proscenio y se despachó frases tan brillantes como “Internet no es el futuro sino el presente“, “Ese público que hemos perdido, no va al cine porque está frente a la pantalla de un ordenador”,”Internet es, precisamente, la salvación de nuestro cine“, “Tenemos que pensar en nuestros derechos, pero no olvidar nunca nuestras obligaciones. Tenemos una responsabilidad moral para con el público”.
De esta manera, un señor que rara vez ganó premios por sus películas (gracias Baltierra por la corrección), se bajó del escenario con la recompensa más grande que puede tener un hombre: el haberse entregado libremente a un fin superior dejando de lado su bienestar personal. El respeto de la gente, aunque efímero, esta noche es para Alex de la Iglesia. Nos encantaría si hubiese aprovechado el micrófono para dirigirse directamente a la ministra pero hey, lo cortés ni quita lo valiente. No hizo falta un ataque directo para tener a la señora con las tripas encogidas durante seis minutos y medio, al final de los cuales sólo atinó a aplaudir.
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Además de ese momento épico, cabe destacar el premio otorgadocomo Mejor Película Hispanoamericana a la cinta chilena La Vida de los Peces del director Matías Bize, en la cual los actores Blanca Lewin, Santiago Cabrera (Heroes) y Antonia Zegers estuvieron soberbios. La película es intimista y no me agarró mucho, pero mi opinión es marginal: Vayan mis felicitaciones sinceras a mis compatriotas.
Finalmente, la convocatoria de Anonymous no sólo fue exitosa en el mundo real, sino que su llamado a atacar mediante denegación de servicio (DDOS) los sitios web de la Academia y de los Premios Goya resultó exitosa y los sitios estuvieron varias horas abajo.
Links:
Álex de la Iglesia: “Internet es la salvación de nuestro cine” (Diario de Navarra)
Premios Goya 2011 (RTVE)