Esta semana en la International Solid-State Circuits Conference de San Francisco, investigadores belgas del IMEC presentaron el primer microprocesador del mundo hecho con semiconductores orgánicos (de plástico en vez de metal. Incluye moléculas de carbono en combinación con hidrógeno y oxígeno).
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El circuito lógico de 8 bits con 4.000 transistores tiene el poder de procesamiento de un chip de la década de 1970 (seis instrucciones por segundo), pero a diferencia de su contraparte de silicio, tiene la ventaja de que es capaz de doblarse sin romperse. Además de que los chips son más baratos y flexibles, podrían utilizarse en una variedad de pantallas flexibles o para crear sensores en lugares que antes no eran posibles – como en el interior de una tubería.
Por otro lado, una ventaja del silicio por sobre los semiconductores orgánicos es que cuenta con una estructura monocristalina, que permite un buen comportamiento de encendido y apagado. Si aumenta el voltaje de la compuerta del transistor por encima de un umbral determinado, su estado cambia (se enciende o se apaga). Los transistores orgánicos, sin embargo, son impredecibles. Cada uno puede tener un umbral de encendido y apagado diferente.
Para resolver el problema los investigadores crearon una puerta adicional en la parte posterior de cada transistor orgánico dentro del chip de 25 micrómetros de espesor. Esta puerta trasera permite controlar mejor el campo eléctrico en el semiconductor, evitando así encendidos o apagados accidentales. El chip está cubierto por una capa muy fina de tereftalato de polietileno, un tipo de plástico muy usado en envases de bebidas y textiles.
Link: The Plastic Processor (IEEE Spectrum)