El pobre Leon Walker, de Michigan, probablemente quisiera no haber hecho lo que hizo, o no haberlo hecho siendo ciudadano de Detroit o -mejor aún- haber juzgado mejor al eligir una esposa.
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Sucede que el tipo tenía sus sospechas de que su mujer, Clara (de la cual él era su tercer marido) lo estaba engañado con el segundo sujeto con el que había contraído nupcias (del que se separó en malos términos luego de que éste la golpeara frente a su hijo, que concibió en el primer matrimonio).
Mister Walker, de 33 años, para su mala fortuna confirmó sus sospechas luego de meterse en la cuenta de Gmail de su mujer desde el notebook de la casa de ambos, y encontrar correos incriminatorios de ella con su segundo esposo. Ante ello, el ya oficialmente “cornudo” tuvo la brillante idea de reenviar la correspondencia al primer desafortunado que se había casado con la mujer, para que el padre del menor estuviera al tanto y pudiera protegerlo (al niño).
Pero Clara la tenía tal como su nombre. Poco tardó en descubrir el hecho y se amparó en la ley de suplantación de identidad de Michigan (un estatuto ideado para hackeos a sistemas gubernamentales o empresas privadas) para sacar del foco su engaño y volcarlo en contra del bueno de Leon, acusándolo de hackearle el mail.
El abogado de Walker sostiene que la acusación no procede en este caso, pero igual el acusado deberá enfrentar el juicio en su contra en febrero. Ahora, fuera de ser “cornudo”, podría enfrentar hasta cinco años de cárcel.
Y tú, ¿te “gorrean” y le revisas el correo a tu pareja? ¡Ojo con las leyes!
Link: American charged with hacking after snooping on wife’s emails (The Guardian)