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Si Dios mandara un e-mail, sería bastante menos impresionante que si mandara a un ángel del cielo a hacer el anuncio rodeado de luces y cánticos. Quizás el mensaje hasta se nos iría al filtro de spam y no nos enteraríamos de nada. Pensándolo bien, probablemente Dios no escogería este método.
Pero los tiempos han cambiado, y la forma de comunicarnos también, y eso es lo que muestra el video de arriba producido por una empresa de publicidad portuguesa. Está en portugués, pero se entiende que aunque pase el tiempo… el sentimiento queda.
Link: História do Natal Digital (YouTube)