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El sueño realizado de convertirse en el capitán de un barco de papel

El “HMS Origami” no se hundió en el Támesis.

Podría apostar a que la mayoría de nosotros hicimos barquitos de papel con las servilletas cuando éramos chicos y que, al comprobar que en realidad su papel ya entonces era bastante absorbente, buscamos otros materiales para que tuvieran mayor duración sobre el agua. Es más, ¿quién no llegó a usar las hojas de los blocks de dibujo de las clases de arte (y otros) para conseguir el barco más grande de la armada?

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Así mismo, más de alguno soñó con poder abordar y capitanear su propia embarcación de pulpa de celulosa y eso fue lo que hizo el artista conceptual alemán Frank Bolter, que -con la ayuda de varias personas para poder ir doblando la enorme hoja- navegó por el río Támesis en Londres en el “HMS Origami”.

Pero hizo “trampa”. Así como nosotros cambiamos las servilletas por hojas de block, Bolter hizo su papiroflexia a partir de tres rollos de cartón Tetra Brik (el material de las cajas de leche o jugo), ensamblados con una pistola aire caliente (como un secador de pelo, pero de uso industrial) y convirtió el pliego en un bote de 5,4 metros de eslora. Cabe señalar que la gracia y regla del origami es que no se puede usar pegamento, y aunque en rigor no lo utilizó, sí debió fusionar los pliegos de cartón.

Y más trampa aún: no lo fabricó para navegarlo él mismo, sino que metió a un pobre periodista británico en su lugar. “Lo construí para que se hundiera”, reconoció Bolter, y claro, las aguas londinenses no son precisamente de las más cálidas. Pero para su sorpresa, el barquito no se hundió y su tripulante sólo se mojó por la lluvia que caía.

Tras el salto, una galería con las distintas fases de la nave de origami:

Link: All aboard HMS Origami (Daily Mail)

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