Los robots podrían aprender de forma autónoma a partir de sus observaciones y experiencias. Esa es la conclusión del proyecto PACO-Plus (“Percepción, Acción y Cognición mediante el Aprendizaje de Complejos Objeto-acción”), realizado por un grupo de científicos de la Unión Europea.
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La investigación ha comprobado una hipótesis revolucionaria según la cual los robots podrían aprender a “pensar” acerca de las acciones que pueden realizar en relación con un objeto.
¿Cómo funciona? El Proyecto PACO-Plus se proponía comprobar la llamada teoría de los “complejos objeto-acción”, que consisten en unidades de “pensamiento práctico”, un enfoque mediante el que se diseñan programas informáticos y dispositivos que permiten a un robot “pensar” acerca de objetos desde la perspectiva de las acciones que pueden realizarse sobre ellos.
Por ejemplo, si un robot ve un objeto que tiene un asa, podría agarrarla. Si el objeto tiene una abertura, el robot podría encajar algo en ella o llenar el objeto de líquido, si tiene una puerta puede intentar abrirla… Así, los objetos van adquiriendo significado a través de la gama de acciones que el robot puede realizar sobre ellos.
Robots humanoides
El Proyecto PACO-Plus llevó a cabo la mayor parte de su trabajo con robots humanoides, es decir, robots con forma de personas. El coordinador del proyecto, el Dr. Tamim Asfour del Grupo de Investigación con Humanoides del Instituto de Antropomática del Instituto Tecnológico de Karlsruhe (KIT, Alemania), explica así el porqué de su elección:
Los robots humanoides son réplicas artificiales con capacidades perceptivas y motoras complejas y sofisticadas, lo que los convierte en la plataforma experimental más adecuada para estudiar la cognición y el procesamiento cognitivo de información”.
De esta manera el Proyecto PACO-Plus retoma la labor realizada por Rodney Brooks, del Instituto de Tecnología de Massachusetts (MIT) quién fue el primero en declarar explícitamente que la cognición es una función de nuestras percepciones y de nuestra capacidad de interactuar con el entorno, es decir, que la cognición surge de nuestra presencia física y ubicada en el medio.
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Para el profesor Brooks, el movimiento y la interacción con el entorno son los problemas más complicados en la evolución biológica, por lo que una vez que una especie lo consigue, resulta relativamente fácil “evolucionar” hacia el razonamiento simbólico avanzado propio del pensamiento abstracto.
Ensayo y error
Explican los responsables del Proyecto PACO-Plus que en muchos sentidos, el enfoque con el que trabajan imita los procesos de aprendizaje de los niños pequeños: Cuando se encuentran con un objeto nuevo, suelen tratar de agarrarlo, introducírselo en la boca o golpearlo contra otro objeto.
En el caso de los niños, van aprendiendo poco a poco, por medio del aprendizaje de ensayo y error. Por ejemplo aprenden que una forma redondeada encaja en un orificio redondeado, y de esta manera van ampliando su repertorio de acciones. Además, la comprensión de los niños se amplía mediante la observación de otras personas.
Se trata de un planteamiento mucho más interesante de pensamiento autónomo de los robots, puesto que favorece la aparición de comportamientos nuevos y complejos de manera espontánea a partir de reglas bastante sencillas, según explicaron los investigadores.
Eso sí, si eres de los que como yo sueñan con el momento en que puedas encargar el desarrollo de tu propia Robotina para que te ayude en las tareas del hogar, más vale la pena que te armes de muchísima paciencia, porque desde el Proyecto PACO-Plus aseguran que si bien han logrado importantes avances, aún no hay verdaderos candidatos a robots “inteligentes”… Ojalá me alcance la vida para estrenar mi Robotina particular.
Link: Robots ‘think’ with their hands (CORDIS)