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(cc) Dmadeo
Para quienes no conozcan el funcionamiento de los mercados accionarios, un ejemplo básico puede ser el siguiente: Tengo 10 caramelos para vender, por lo que pongo un anuncio de venta con el precio de cada caramelo (1 dolar cada uno), esperando hasta que alguien venga a comprarlos.
Si llega una persona y me compra los diez caramelos no hay problema, pero si llegan tres personas queriendo comprarlos necesariamente tengo que subir el precio para venderlos al mejor postor. Por lo que la diferencia entre el precio original de venta (1 dólar) y el precio final (1,5 dólares por ejemplo), corresponde a la ganancia que obtengo en la transacción.
Esto mismo sucede en el sentido inverso, si yo soy el que quiero comprar los caramelos me interesa adquirirlos al menor precio posible, por lo que mientras antes cierre el negocio con el productor mejor precio de compra obtengo.
Lo anterior es una forma bastante simple de ver el funcionamiento de las bolsas y los mercados accionarios, porque en realidad es mucho más complejo.
Antiguamente todas estas transacciones se realizaban a mano, por lo que la introducción de los sistemas informáticos resultó en una importante herramienta para agilizar el proceso de compra y venta, así como la información entregada a los involucrados en todo el proceso.
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Pero como suele suceder en la vida diaria, ciertos personajes e instituciones se las ingeniaron para obtener una ventaja respecto a su competencia, ideando sendos programas informáticos que operan en cuestión de milisegundos para ejecutar órdenes de compra y venta de acciones, de acuerdo a ciertos patrones de comportamiento previamente programados.
Volvamos al ejemplo de los caramelos en el momento en que llegan 3 posibles compradores: ofrezco los caramelos a 1 dólar cada uno pero, por la cantidad de compradores que tengo -en este caso eran tres- voy subiendo su precio en la medida que los van comprando. Es precisamente en este instante en que entran al juego los denominados High Frequency Trading o HFT por sus siglas en inglés.
Los HFT son programas que utilizan fórmulas algorítmicas capaces de responder a variables básicas del mercado: precio, cantidades, horarios, mercados y productos subyacentes. Cuando detectan un cambio importante en algunas de estas variables (pueden ser más de una), los HFT gatillan diversas órdenes -ya sea de compra, venta o ambas inclusive- que son imperceptibles para el común de los inversores, debido a la rapidez con que las realizan.
De hecho como la rapidez es un factor vital para el correcto funcionamiento de estos programas, los servidores desde donde son gatillados deben estar ubicados lo más cerca posible al lugar donde se encuentran los servidores de las bolsas (no demora lo mismo una orden enviada desde 100 metros de distancia que al otro lado del Atlántico).
En el caso de nuestro negocio de venta de caramelos los HFT captan el interés de los compradores, por lo que se adelantan a ellos comprando a un precio algo superior al de venta (1,1 dólar), para inmediatamente ofrecerlos a un precio mayor (1,2 dólares).
Si multiplicamos este simple ejemplo por la cantidad de transacciones bursátiles que se realizan a diario, tendremos una cantidad de dinero que puede, incluso, hacer quebrar a una compañía.
El problema que existe en la actualidad es que no todos pueden tener acceso a esta clase de programas, debido a que su precio resulta exageradamente excesivo para una persona natural o alguna compañía que trabaje en la bolsa sin muchas espaldas financieras; por lo que sólo grandes instituciones financieras -como Goldman Sachs, Credit Suisse o Morgan Stanley – tienen los recursos como para poder operar con ellos.
Hace sólo tres años el 30% de las transacciones en Estados Unidos eran realizadas por medio de estos programas, en la actualidad se calcula que un 70% de las operaciones que se realizan en este país son efectuadas por los HFT.
De hecho según algunas estimaciones el 25% de las ganancias obtenidas por Goldman Sachs, fueron generadas gracias a la utilización de este tipo de programas.
En algunos países este tipo de operaciones se encuentran reguladas, pero ya existen nuevos sistemas que incluso son capaces de pasar completamente desapercibidos ante cualquier tipo de regulación.
El funcionamiento de este tipo de programas salió a la luz pública hace algunos meses, cuando la misma Goldman Sachs denunció a uno de sus principales operadores de mercado, acusándolo de haber sustraído una copia de los programas utilizados por la entidad.
Claramente la utilización de este tipo de programas no viola ninguna ley, pero algo deben hacer las entidades encargadas de velar por el correcto funcionamiento del mercado, con el objeto que no sean unos pocos los beneficiados con su utilización.
Links:
- Algorithmic trading (Wikipedia)
- Stock Traders Find Speed Pays, in Milliseconds (NYTimes)
- What’s Behind High-Frequency Trading (WSJ)