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Ya nos estábamos acostumbrando a los éxitos en las últimas misiones realizadas por la NASA, pero lo que acaba de suceder con el lanzamiento del satélite OCO (Orbiting Carbon Observatory), nos recuerda que las misiones espaciales tienen importantes riesgos.
El satélite OCO tenía la misión de estudiar en detalle las emisiones de CO2, con el objeto de entender los procesos que intervienen en el cambio climático.
Para el lanzamiento la NASA tenía preparado un cohete Taurus XL de cuatro etapas sólidas, con lo cual se reducen considerablemente los sistemas de apoyo y de evacuación de gases.
Lamentablemente segundos después del despegue, los ingenieros a cargo de la misión se percataron que una de las etapas del cohete no había logrado desprenderse, provocando la destrucción total del mismo y de la carga que transportaba.
La NASA ya ha iniciado una investigación para determinar las causas exactas que originaron el desperfecto, por lo que con seguridad servirán de lección para las próximas misiones.
Link: Orbiting Carbon Observatory (Vía Wired)