Aunque por mucho tiempo Graham Bell fue considerado el inventor del teléfono, el 11 de junio de 2002 el Congreso de Estados Unidos aprobó la resolución 269, por la que se reconocía que el inventor del teléfono había sido Antonio Meucci, que lo llamó teletrófono.
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Pero ¿qué sucedía con los pioneros de este invento en el siglo XIX?. Francis Jehl asistente de Thomas Edison escribió un libro llamado Reminiscences of Menlo Park en donde citaba un recorte del periódico Boston Globe en 1865 que decía:
Un hombre de aproximadamente 46 años de edad que responde al nombre de Joshua Coppersmith ha sido detenido por intentar extorsionar a gente ignorante y supersticiosa exhibiendo un dispositivo que dice transmitir voz humana desde cualquier distancia por medios de cables metálicos. El instrumento él llama un «teléfono», que es evidentemente, la intención de imitar la palabra «telégrafo» y ganar la confianza de aquellos que conocen el éxito de este último instrumento.
La gente bien informada sabe que es imposible transmitir la voz humana con cables como se puede hacer por puntos y los guiones y las señales de código Morse. Las autoridades que aprehendieron a este criminal serán reconocidos y se espera que el castigo sea rápido y adecuado, y este sirva de ejemplo a otros estafadores que se enriquecen a expensas de sus semejantes.
Oficialmente Meucci es el inventor del teléfono, pero es curioso ver los problemas que lidiaban los pioneros de la telefonía en el siglo XIX.
Link: Beware the Inventor (Vía: Digg)