Podemos enojarnos todo lo que queramos con el traffic shapping y bloqueo de puertos que hacen las empresas de telefonía nacional en sus planes de Internet, pero al compararlo con la situación por la que pasarán los australianos dentro de poco esto parece un simple juego de niños.
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Se trata de un ambicioso plan del gobierno para regularizar obligatoriamente toda la Internet del país a través de un firewall de proporciones enormes en torno a la isla, que bloquea el acceso a páginas con contenido pornográfico y/o ilegal para todos los residentes del país.
La medida, con un costo de USD$125,8 millones, pretende proteger a los «indefensos» niños que no saben lo que buscan cuando colocan «porno» en Google por primera vez y sólo con fines ilustrativos.
Además de lo inconsistente que es la medida en este último punto, pasar por un firewall implicará un impacto en la velocidad de las conexiones nacionales, y a pesar de que se puede pedir explícitamente salir del filtro de páginas XXX, el bloqueo de contenido ilegal es permanente.
Ahora bien, ¿qué es contenido ilegal? Dudo que el firewall sea capaz de predecir si utilizaremos un tracker de torrents para bajar la última versión de Ubuntu o algo por el estilo, por lo que la medida me parece bastante difícil de implementar en la práctica, además que ya ha probado tener una tasa de error del 1%.
Link: No opt-out of filtered Internet (ComputerWorld)
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