Dista de ser una noticia sexy, lo sé. De hecho, casi siempre cuando empiezas a leer siglas ininteligibles, sueles acelerar la lectura diagonal. Todos lo hacemos. Qué decir cuando uno comienza a explicarle a la novia (?) respecto de la importancia de la adopción de IPv6, por sólo decir algo.
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En lo que debe ser la noticia más importante de la historia de los nombres de dominio en Internet, ICANN ha anunciado esta semana la liberación de los denominados Top Level Domains (TLD), es decir, las extensiones sobre las cuales ha sido construida la internet, .com, net, .org, entre otras que suman 21 en total.
ICANN es la sigla que denomina a la Internet Corporation for Assigned Names and Numbers, organización internacional sin fin de lucro que es la responsable de asignar las direcciones del protocolo IP, de los identificadores de protocolo, de las funciones de gestión del sistema de dominio y de la administración del sistema de servidores raiz, entre otras delicias geek.
Además de esta liberación, El País cuenta que ICANN ha anunciado una muy esperada medida en países que escriben en caracteres asiáticos, árabes y cirílicos en general, lo que constituye una apuesta importante por la apertura de la estructura de TLDs a países no occidentales.
Adelantándose a los hechos, el presidente de ICANN, Paul Twomey anunció la semana pasada la noticia que la organización podría aceptar una propuesta en orden a liberar los 21 nombres de dominio genéricos y por tanto terminar con las clásicas fórmulas .com, .net o .org para dar paso a los mediáticos .nyc, .negocios o .tecnología, por sólo nombrar algunos. Esta propuesta -además de la que acepta las fuentes cirílicas y otros caracteres- fue votada y aceptada el jueves pasado en el seno de esta organización, por lo que ya muchos analistas han comenzado a trazas líneas en torno a lo que esto significará para las empresas y para la comunidad.
Esta iniciativa pretende ser puesta en práctica a partir de la mitad del año 2009, fecha a partir de la cual comenzarán a venderse estos TLDs al mejor postor. Es decir, a partir del 2009 podrá ser posible pujar por tener el control de la extensión .ruiz o .fayerwayer en el seno de ICANN. De hecho, la organización ya ha anunciado que ante la eventual avalancha de solicitudes de registro (imagínense lo que pasará con la extensión .nyc o .valparaíso (?)), utilizarán un sistema de arbitraje donde se dará especial importancia a los criterios marcarios para la asignación de los TLDs. Por lo demás, las barreras de entrada para poder acceder a obtener alguno de estos TLDs sería el precio, el que bordaría los 100.000 dólares.
Claro que la iniciativa ha provocado una serie de reacciones, no todas a favor de la idea. El bloguer y experto James Volokh, por ejemplo, ve con total optimismo la liberación, basado en que de esta forma podrá conformarse una internet muchísimo más rica que la actual y fundamentalmente porque mantener limitado el número de TLDs no responde a lógica alguna y es una opción -de alguna forma, artificial- hecha por quien tiene una posición de mercado monopólica, como es ICANN Y a nosotros no nos gustan las decisiones discrecionales de monopolios, ¿cierto?.
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También hay otros que no ven con buenos ojos la confusión que podría generarse para el público en torno al acceso a determinados portales de contenido o incluso a empresas.
Agudamente, Jeff Jarvis de The Guardian explica que el gran beneficiado con esta decisión es Google. Esto porque Google se ha transformado de un tiempo a esta parte como la referencia para poder encontrar contenido en internet. Así, cuando queremos ingresar a Flickr y no sabemos cómo se escribe, recurrimos a Google. Cuando queremos entrar a Dopplr, lo mismo. Es más, explica Jarvis, más confusión implica más búsquedas para llegar al sitio adecuado (¿cnn.com, cnn.news, cnn.noticias?). Más tráfico para la gran G. Hay otros, como Antonio Delgado, que se preguntan cómo reaccionará el mercado dada la pobre recepción que han tenido las extensiones .biz o .mobi, abiertas el año 2005. Otros incluso ven bajo el agua y sostienen que esto no es sino un negociado más de ICANN para aumentar su flujo de caja.
Lo que sí es claro, es que cambiará la forma en la entenderemos internet. Pareciera ser que la apertura y la competencia son buenas noticias para el mercado, pero ya sabemos que la mera apertura no necesariamente supone mejores condiciones para el público. Esperamos que la decisión en el seno de ICANN esté apuntando no sólo a reguardar intereses corporativos sino que apunte de alguna forma a mejorar la internet tal como la conocemos.